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Todos los hombres del rey

Carlos Lombas Huerta 29 de Julio de 2011 a las 14:54 h

"... donde hay una necesidad existe un derecho", de R.P. Warren.

 

 

En todo este vasto relato político, en flashback: ¡las necesidades se reclaman en nombre de dios, y en comunión con "los paletos"!

No voy a teorizar, sacando paralelismos, teorías o conclusiones con la actualidad de algo que siempre ha sido igual: ¡ que cada cual se acomode en la responsabilidad que le exige su voto progresista!

De "Todos Los Hombres Del Rey", título de esta novela de Robert Penn Warren, unos dicen que procede de la obra A través del espejo de Lewis Carroll ("y ni todos los caballos ni todos los hombres del rey consiguieron unir a Humpty Dumpty"), o del latiguillo de campaña de Huley Penn Long, un gobernador que hubo en Luisiana, en el que algunos suponen que se basa la historia escrita: "Cada hombre es un Rey, pero ninguno lleva la corona"; esta última acepción nunca fue admitida por el autor.

Y en la máxima "cada cosa que hacemos tiene sus consecuencias", se prefigura el entramado de la novela, como exposición o prefacio al punto de partida, donde se piensa que todas las personas están interconectadas, y en ello el Jack Burden, universitario, busxa el argumento de su tesis doctoral, indagando en la historia de su antepasado Cass Mastern, narrándola en paralelo a la que vive al lado del gran gobernador, para delimitar sus existencias.

En los años 30 del siglo XX, el sur americano, siempre esperaba la salvación de la precaria situación económica, de la mano de políticos mesiánicos, como el gobernador Willy Talos, una complejo personaje, de fuerte personalidad, que R.P.Warren utiliza en esta novela para abarcar, al igual que otras novelas americanas de entonces, como " La fortaleza de la soledad" de Jonathan Lethem, o la magnífica "Las asombrosas aventuras de Kavalier y Clay" de Michael Chabon,  una ingente cantidad de temas, historia y perfiles,  que en principio son casi infinitos, para un solo texto, pecando muchas veces de lentitud y reiteración. Sin dejar de ser excepcionales,  acumulan  un inmenso guión de autoconocimientos, mezclados con otras definiciones personales,  que acompañan a la historia oficial, y nos da múltiples perspectivas, al contrastar ambas.

El joven narrador, Jack Burden, historiador, convertido en cronista político, es el ayudante personal de la campaña para gobernador de Willy Start (de apellido Talos en la segunda revisión editorial), que tras perder una reelección, inicia una  denuncia de la corrupción local,  muy patente, tras un accidente escolar, que causa la muerte de tres niños.

El populismo que Talos deposita sobre los sureños ciudadanos, va creando una red de apoyos reales o redirigidos con coacciones, que solapa con amenazas,  utilizando cada uno de los errores y debilidades personales de los otros políticos. En una carrera por poblar su estado de autopistas, colegios, hospitales, edificios, siempre vendido como una mejor calidad de vida de sus votantes, cueste los sobornos que cueste, juega a ser el dios de su estado, para afianzar su fe en él. Al lado de los hijos de las familias más influyentes, y decepcionadas, comienza su carrera política en su estado, iniciando el camino hacia otro estilo de  corrupción.

Jack en su infelicidad, se convierte en la voz de Warren, que al relatar aquella etapa en la que siempre recibía órdenes, nos va contando su pasado, y al terminar de hacerlo lo conocemos nosotros tanto como él se conoce, cuando decide abandonar su etapa de cinismo, pasividad y complicidad  corrupta, de la que formo parte.

Después de otra investigación, ordenada por Willy Talos, en el pasado del juez Irwin, quien educo a Jack, en ausencia de sus padres, nos describe, un sentimiento de asco, por remar en ese engranaje político. Tras el evidente final, aquella etapa queda como su reverso. No quiere volver a sentirse despreciable, ha de ordenar su vida, cerrando el círculo y acomodarse en la dignidad.

Todos se sostienen mutuamente, recreando un arco de poder blindado, que sólo se rompe por la moralidad del más integro, que no confunde prestar un bien público, por aptitud profesional, con él: ¡ a cualquier precio seguir manejando el poder!, incluso jugando con elementos humanos de honorabilidad.

Jack, sostiene los cimientos de la crónica del Willy, candidato y luego gobernador, aupado en los ilusionados ciudadanos y en el apoyo inicial de su mujer, Lucy; ésta se mantiene en el apoyo a su hijo Tom, difiriendo en su educación, y bordeando las infidelidades. Sadie Burke, la secretaria,  es un personaje perfecto, amante, ideóloga, manipuladora, estadista y vengativa, que utiliza la traición para traicionar, y continua ajena a cualquier destino, que al lado de Sugar Boy son los raíles por donde se mueve el recuerdo de su origen, y la ambición de futuro.

La educación que el juez Irwin imprimió en Jack, la fidelidad de Adam Stanton y su hermana Anne, durante su infancia y su adolescencia, es el pilar que le hace ser el firme espectador que no se tambalea. Mientras espera que los vaivenes destruyan el mundo que le es ajeno, para volver a lo que soñó ser, sin dejar que el ideal materno, se derrumbe con ella desde cualquier pobreza, va distanciándose de una realidad que abunda en el cinismo.

Todos los demás, empresarios, políticos, y manipuladores, se utilizan, sobornan, acorralan, para mantener el juego del poder, y seguir  dentro de su status, manejando los hilos de la sociedad, que espera dentro de la ilusión de un mesiánico político, que les dé una mejor calidad de vida.

Todos los hombres del rey, está escrita casi totalmente en tiempo pasado, donde esa palabra "tiempo" aparece 579 veces, a menudo con mayúsculas, haciendo hincapié, con la solidez  de un fuerte y seguro pensamiento, en la duración  de las circunstancias difíciles,.

Una tela de araña, que trata de captar el significado de la historia: con responsabilidad en la exposición de los hechos del pasado; en lo importante que es cerrar las investigaciones sobra la honestidad, que alguna vez existió, y en la resistencia ante el absolutismo de los prominentes políticos, que han heredado sus cargos,  y luchan contra un extraño, para que no les arrebate su tradicional herencia y moral.

Jack asume la responsabilidad, y se siente, el instrumento de justicia dentro de la fe, la humildad y la bondad, que pretende evaluar, y a la vez siente que algunos personajes no existen en realidad, ni él mismo se ve como real. Ve temores y sospechas en todos los elementos nocivos  de la realidad, con  una razón para entender "que el fin justifica los medios", y piensa que hay que juzgar los medios, buenos o malos.

Es un viaje  melancólico alrededor de unos personajes, que aún están vigentes en la actualidad, con la misma fuerza, y con más impunidad.

Los  personajes están definidos hasta en los mínimos detalles, incluidos los menores de edad. Ninguno resulta simpático.

Una novela viva en los diálogos, que desde la subjetividad, llega a ordenar lo que se preestablece en tu educación,  aunque mientras eso se resttituye,  deambulas por las divergentes y tortuosas experiencias de aventuras ajenas, para ser al final e, un honrado ciudadano, al servicio de los demás, como espectador de los errores de la ambición, que busca, en su investigación histórica, la honestidad y la lucha por el honor.

La novela de Warren Todos los Hombres del Rey, tuvo su primera versión cinematográfica en 1949, dirigida por Robert Rossen con el título de El político, que ganó tres premios Oscar ese año: Mejor Película, Mejor Actor (Broderick Crawford) y mejor actriz de reparto (Mercedes McCambridge), donde también fue nominada a cuatro categorías más. En 2001 los Estados Unidos Biblioteca del Congreso considera la película "culturalmente significativa", y la ha seleccionado para su preservación en el National Film Registry, sabiendo claramente que su trama se desvía significativamente de la de la novela.

La NBC, en su red de El Teatro Kraft difundió una versión televisiva de la historia, en 1958,  cuya adaptación fue dirigida por Sidney Lumet y protagonizada por Neville Brand como Willie Stark.

En la televisión soviética, bajo el título "Todas las tropas del rey" fue producida, bajo un nuevo guión, en 1971 por Bielorrusia TV, protagonizada por Georgiy Zhzhonov (Willy Stark), Mikhail Kozakov (Jack Burden), Alla Demidova (Anne), Oleg Yefremov (Adán), Rostislav Platt (Irwin), Lev Dúrov (Sugar Boy).

Otra versión de la película fue producida en 2006, con el mismo título de la novela Todos los hombres del rey por el director Steven Zaillian, más fiel a la versión de Warren protagonizada por Sean Penn, Jude Law y Kate Winsley.

El compositor estadounidense Carlisle Floyd adaptó la novela como una ópera de larga duración, titulada El gran Willie Stark, encargada y estrenada por la Houston Grand Opera, en 1981.

Adrian Hall adaptó y dirigió una versión teatral con la compañía Trinity Repertory en Providence, Rhode Island en 1987 [13]. Esta adaptación fue representada por otras compañías de teatro en temporadas posteriores.

 

El político de 1949, dirigida por Robert Rossen, se rodó con total libertad, desde un punto de vista bastante izquierdista, lo que le costó a su director su paso por el comité de actividades antiamericanas y a ser incluido en la lista negra en 1951. En ella se narra el ascenso, desde sus orígenes humildes de Willi Star a gobernador y su posterior caída, y en medio de esas dos etapas, desde el limpio discurso e intenciones honestas en los inicios, hasta llegar a un nivel de corrupción tan exagerado como el de sus antecesores, se va rodeando de personajes desencantados de las viejas familias influyentes, y una vez  que ve que está siendo utilizado,, lanza discursos para atraer a las masas pobres, pronunciando en alto sus necesidades, y utiliza para ellos todas los chantajes y habilidades mafiosas, para mantener su poder, mientras habla de democracia.

En la versión de 2006 que dirigió Steven Zaillan, bajo el título  Todos los hombres del rey, protagonizada por Sean Penn, Jude Law y Katy Winslet,  la narración es atemporal, y se rueda donde sucedió. La trama resulta complicada porque se acerca demasiado a la realidad actual, pues del idealismo, se pasa a un cinico y depravado acomodo en el poder, donde los matices y detalles, urden la despiadada trama que transita en la novela, manteniendo la mecha que denuncia los manejos e intencionalidades del gobernador Star y de todo su entramado  corrupto, utilizando las debilidades ajenas. Algunos personajes en la películas se actualizan, para parecer mas complejos y acordes con esta nueva ideología de este siglo como del Sadie, más femenina, o haciendo a Adam más vulnerable. Incluso Willy es bueno y malo, Jack, no deja translucir sus pensamientos,, aunque sueña con Anne el amor de su juventud, o el propio juez, Irwin, que en pocas escenas,  trasluce esa intimidad con el pasado, al que no renuncia., y piensa que ha de seguir teniendo fe, pues el tiempo pone todas las cosas en su sitio.

 

Robert Penn Warren nació en una granja de tabaco en Guthrie, Kentucky en 1905. Pasó toda su infancia allí escuchando los cuentos de su abuelo de la guerra civil. Su educación próspero sur influenció más adelante la profundidad y puntos de vista de sus escritos. Cuando tenía quince años una roca misaimed, lanzada por su hermano menor, le golpeó en el ojo, lo que le hace perder el sitio. Warren no quiso que su hermano en problemas por lo que no dijo a nadie acerca de este incidente hasta que fue demasiado tarde para que el ojo se cura. Warren perdió todo el sitio en ese ojo. Ser mutilado de una cierta manera por lo tanto, hizo Warren decide no entrar en una carrera naval como tenía previsto, pero decidió ir a la Universidad de Vanderbilt para la ingeniería. Poco sabía que él tenía otros planes. Cuando llegó a Vanderbilt que fue invitado a unirse a los fugitivos, un grupo de escritores que eran todos de origen del sur y el norte opusieron a los cambios, por lo tanto, escribir sobre ello en las prensas. Su compañero de la universidad, Allen Tate, que también era un aspirante a escritor, le inspiró, bajo la dirección o John Crowe Ransom, a escribir. Warren encontró esto como una buena manera de expresar sus sentimientos acerca de ser mutilado y sentir diferente a los demás, su estilo de vida del sur, la vida de la política, y los cuentos que había oído hablar de la Guerra Civil. 
Llamado "el poeta laureado primero de los Estados Unidos (Gale-Net.com)", de Robert Penn Warren muestra su verdadera cara sur a través de su escritura. Después de su tercera novela, Todos los hombres del rey, una novela fino disfraz es modelado después de que el político de Louisiana el "Kingfish", fue publicado en 1946, ganó el Premio Pulitzer en 1947. En 1957 publicó una colección de poemas titulado Promesas: Poemas que ganó el Premio Sidney Hillman, el Edna St. Vincent Millay Memorial Award, el National Book Award y el Premio Pulitzer. Warren ganó su tercer Premio Pulitzer por su trabajo en Now and Then: Poemas (1978), durante el tiempo que fue un canciller de la Academia de Poetas Americanos (1972-1988). Robert Penn Warren murió en 1989. 

Robert Rossen nació el 16 de marzo de 1908 en Nueva York (Estados Unidos) en el seno de una humilde familia de inmigrantes judíos de nacionalidad rusa. Rossen se dedicó al boxeo antes de ingresar en el mundo artístico como escritor y director teatral en los años 30, en donde se preocupó principalmente en representar obras de contenido social y político, como "The Body Beautiful". Esta preocupación y comentario social de Rossen, afiliado en esa época en el Partido Comunista, y la hendidura psicológica de sus personajes sería usual en su carrera cinematográfica.

A mediados de los años 30 comenzó a trabajar en Hollywood como guionista, escribiendo títulos como "La mujer marcada" (1937) de Lloyd Bacon, con Bette Davis y Humphrey Bogart, "They won't forget" (1937) de Mervyn LeRoy, "Los violentos años 20" (1939), film de gánster dirigido por Raoul Walsh, "Lobo de mar" (1941), magnífica adaptación del clásico de Jack London que realizó Michael Curtiz, o "El extraño amor de Martha Ivers" (1946), film negro de Lewis Milestone que supuso el debut como actor de Kirk Douglas.

 En 1947 Robert Rossen debutó como director filmando dos películas, "Johnny O'Clock" (1947), una cinta de cine negro protagonizada por Dick Powell, Evelyn Kayes y Lee J. Cobb, y "Cuerpo y alma" (1947), un título que le retrotraía a sus tiempos de boxeador con John Garfield como protagonista.
La película estaba escrita por Abraham Polonsky, un simpatizante, al igual que Garfield y Rossen, del ideario izquierdista, hecho que les llevó a ser perseguidos por el Comité de Actividades Antiamericanas, a pesar de que Rossen ya había abandonado la afiliación comunista en el año 1945. Rossen consiguió con su tercer largometraje, "El político" (1949), sátira política basada en una novela de Robert Pen Warren, el Oscar al mejor film del año, y dos nominaciones, una como mejor director y otra como mejor guión adaptado. Broderick Crawford y Mercedes McCambridge lograron también sendas estatuillas

 

 

Incluido en la lista negra, Rossen fue llamado para testificar en 1951, año en el que estrenó "The Brave Bulls" (1951). En su primera intervención rechazó dar ningún tipo de nombre. La consecuencia de su decisión fue su ausencia de los platós cinematográficos durante varios años. La presión a la que estaba sometido y la necesidad de seguir trabajando le llevó a volver a aparecer ante el comité en 1953. En esta ocasión daría el nombre de varios personajes de la industria cinematográfica que habían sido miembros del Partido Comunista.

Después de esto volvió al cine pero se negó a rodar en el escenario de Hollywood. En Italia filmó "Mambo" (1955), con Silvana Mangano, Vittorio Gassman y Shelley Winters, en España el biopic épico "Alejandro Magno" (1956), con Richard Burton como protagonista, en Barbados "Una isla al sol" (1957), con James Mason, Joan Fontaine, Harry Belafonte, Joan Collins y Dorothy Dandridge, y en México y Utah "Llegaron a Cordura" (1959), western con el protagonismo de Gary Cooper, Van Heflin y Rita Hayworth. En los años 60, junto a sus títulos en los 40 dirigio sus mejores películas, entre ellas "El buscavidas" (1961", drama psicológico con Paul Newman, Piper Lurie, George C. Scott y Jackie Gleason, que le valio una nominación como mejor director. El film, adaptación de una novela de Walter Tevis, también recibió una nominación como mejor película.

Su último film como director fue " Lilith" ( 1964), versión de un libro de J.R. Salamanca, con la cual volvió a reincidir en el drama psicológico, ahora con el protagonismo de Jean Seberg y Warren Beatty. Dos años después, en 1966, fallecerá a la edad de 57 años.

Steve Zaillian nació1953 en Fresno, California. Se graduó de la Universidad Estatal de San Francisco en 1975 con una licenciatura en cine. Su debut como guionista fue con El juego del halcón  en 1985, basado en el libro de Robert Lindsey, protagonizada por Sean Penn. El éxito de este proyecto le llevó a su próximo guión, Despertares (1990), basado en el famoso libro de Oliver Sacks. Nominado en 1991, tanto para un Premio Oscar (Mejor Guión Adaptado) y la Writers Guild of America (WGA), la película ganó un premio USC Scripter. Hizo su debut como director en 1992 con En busca de Bobby Fischer,que también escribió. 

Zaillian es un maestro en llevar historias reales a la pantalla. Ganó un Oscar al Mejor Guión Adaptado por La lista de Schindler de Steven Spielberg (1994), una apasionante adaptación de la novela de Thomas Keneally. Le fue concedido también BAFTA al mejor guión adaptado, un Chicago Film Critics Award Association, un Globo de Oro al Premio Humanitas, un premio Scripter USC, y un premio WGA al mejor guión basado en material ya publicado. En 1994, Zaillian ha recibido el premio ShoWest Convención de Guionista del Año. 

En 2001 hizo el guión de Hannibal, en 2002 el de Gangs en Nueva York, en 2005 el de La intérprete, y escribió y dirigió Todos los hombres del rey, en 2006, y American Gánster en 2007.

 ( datos de IMDb)

 

 

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