Nunca en mi vida he tenido unos días tan acelerados, repletos de reuniones, visitas, presentaciones, viajes. Cada jornada es una rápida sucesión de gente, textos, llamadas, Emails y debo pasar de unas cosas a otras con gran celeridad. Bien, pues nunca he echado tanto de menos correr.
Calzarme unas zapatillas deportivas, ponerme una camiseta, unos rockys y salir disparado a la calle ha sido, durante años, una de mis actividades favoritas. O quizá deba decir que lo sigue siendo porque yo nunca abandoné las carreras fueron mi rodilla izquierda y mis lumbares las que me “desapuntaron”.
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