Si de algo nos ha colmado la crisis ha sido de números. Pero bien sabemos que tras las cifras de pobres, de parados, de mujeres maltratadas, de desahuciados, hay nombres y apellidos, hay personas. Aunque no siempre caemos en ello de tanto como nos abruman a diario con estadísticas de todo tipo. Como bien dice Luis García Montero en su reseña de este mismo libro en el diario InfoLibre, "Las crisis económicas nos recuerdan que los seres humanos somos la principal mercancía de las sociedades en las que habitamos [... ] La economía y la política neoliberal nos convierten en números [...] Los cálculos estadísticos... acaban suponiendo una estrategia de olvido. Son un recurso decisivo de la mercantilización. Nadie se compadece de un número y las cifras resultan un saco sin fondo en el que se esconden las experiencias individuales".