Ceremonia de vencidos.
Podría ser la verdad que vive de la mentira o la mentira que vive de la verdad en esa Cataluña rural de posguerra, aledaña a la burguesía. O el tiempo de una infancia feliz, en un pueblo, donde Andreu, niño, vive entre sus primos, utilizando todos los recursos, para conseguir la felicidad infantil, que abarca lo que conoce, y añade lo que no comprende de los adultos, adaptándolo.
Lejos de la ficción de estas narraciones, esta la vida que los vencidos, republicanos, sin exilio, vivieron dentro del país. Su padre en la cárcel por rojo, su madre ha de trabajar diez horas en la fábrica, como otras mujeres, y convivir callados con el amor, el odio, la pasión, el rencor, la venganza, la hipocresía, la humillación...
[Seguir leyendo] Pan negro de Emili Teixidor