El tono de voz nos hace distinguir a nuestros interlocutores. A través del teléfono, detrás de una puerta o a lo lejos, asociamos voz y persona.
La novela de Marcel Beyer es una escalofriante secuencia de matizaciones experimentales, muy lejos de la ética científica.
El régimen nazi en sus últimos días, escucha a Goebbels, también lo hizo antes y durante todo el período de implantación masiva de las tecnologías visuales. Desde la radio o en los mítines, con su enorme capacidad para generar confianza y verosimilitud entre la audiencia, evoca acalorado, las victorias.
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