En muchas ocasiones, la Literatura tiene el poder incontestable de acercarnos a la realidad más sórdida de una forma menos brusca, más amable; bien distinta a como lo haría una simple crónica social o un objetivo reportaje periodístico. Ésa es la grandeza de la palabra escrita hecha arte: conmovernos, enriquecernos, emocionarnos... poder llegar a conocer hechos o personas, que nuestra realidad cotidiana tal vez no nos permita, y que nos reconcilian con el ser humano y su grandeza. Y es que la tolerancia y el respeto a lo diferente sólo se consiguen a través del conocimiento; y para llegar a éste, la literatura es una "herramienta" imprescindible.
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