"Los objetos no saben su propio material, los gestos no saben sus sentimientos y las palabras no saben las bocas que las hablan. Pero para estar seguros de nuestra existencia, necesitamos los objetos los gestos y las palabras. Cuantas más palabras nos permiten usar, más libres nos volvemos" (Herta Muller)
Somos lo que vivimos en nuestras infancias rurales, rodeados de gestos, de cuentos, de rencillas, pero siempre bajo la mirada vigilante de un estado rígido e indolente, con su red de alcahuetes, soplones y delatores, que habían conseguido someter a nuestros padres, a nuestros abuelos y a nuestros vecinos a una estricta conformidad con las miserias que creían merecerse. Unos por no pensar igual que los líderes y los otros por la clase social donde nacieron.
[Seguir leyendo] En tierras bajas de Herta Müller