Este pasado mayo viajé a México por motivos de trabajo. Hacía muchos años que no visitaba el DF, una de mis ciudades favoritas, y me moría de ganas por recorrer sus calles, visitar a los amigos y disfrutar de esa inmensa fuente de placer que es la cocina Mexicana. Así que, después de las mañanas de trabajo, llenas de encuentros interesantes con la comunidad académica y científica de ese país, me reservé el tiempo que pude para caminar. Fue un lujo poder hacerlo con el amigo Ramón Salaberria (que, por cierto, tendrá un libro editado en septiembre, Autodidactas en bibliotecas, flamante Premio de Ensayo SEDIC "Teresa Andrés". Pero de eso hablaremos más cuando se publique). Aunque Ramón vive actualmente en Oaxaca, pasó muchos años en México DF y es un compañero perfecto para recorrer a píe los kilómetros que hagan falta, no parar de hablar y, al mismo tiempo, fijarse en tanto reclamo visual como tiene esa ciudad, tan llena de historias, gentes e ideas.
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