"Un cuerpo vivo y uno muerto tienen el mismo número de partículas. Estructuralmente no hay diferencia. La vida y la muerte son abstracciones. ¿Por qué debería estar apenado?" (Doctor Manhattan).
Watchmen está considerado por muchos como el mejor cómic.
La trama transcurre en el año 1985, cuando una serie de superhéroes, sin poderes, cuarentones y acompañados de soledad, comienzan a verse anulados (alguno en el sentido literal del término) al tiempo que la URSS invade Afganistán (¡qué empeño!), Richard Nixon es el presidente de Estados Unidos y el mundo huele a III Guerra Mundial.
Uno de esos superhéroes (el antihéroe) convencido de que todo responde a un plan, comienza a tirar del hilo y va implicando a otros... hasta que descifran el nudo gordiano de la historia.
A lo largo de 12 capítulos, en unas 338 páginas dibujadas, se narra una historia crepuscular de superhéroes (el Sin perdón de los mismos), una historia policíaca, varias historias de amor, muchos apuntes de ciencia ficción, algunos de historia carcelaria y hasta una historia de piratas lindando con el terror.
En todas ellas flota la soledad y una cierta desesperación; pero no son sino un canto a la vida (ver última página del penúltimo capítulo o la 22 del último).
Todas están ambientadas en el mundo real; aunque distorsionado (no se corresponden Nixon, invasión de Afganistán y 1985, tampoco existen algunos de los aparatos que aparecen).
En realidad es una sátira de la sociedad contemporánea, donde a pesar (o como consecuencia) de los cambios tecnológicos y del desarrollo económico la deshumanización es cada vez más patente.
La mayor parte de la historia está narrada por los protagonistas desde su punto de vista (en el que incluyen a los demás), la cuenta Rorscharch a través de su diario, un psicólogo que describe al propio Rorscharch o un cómic dentro del propio cómic.
Alan Moore es uno de los mejores guionistas de cómics de la historia. Y posiblemente el más meticuloso. Se observa perfectamente en esta obra, donde nada es superfluo, todo está calculado.
No emplea estructuras de viñetas complicadas. Sin embargo, con una tradicional, ¡cómo narra! En muchas ocasiones simultanea, en viñetas adyacentes y sucesivas, dos historias que, bien están sucediendo al mismo tiempo, bien muestran lo que se cuenta y lo que realmente sucedió, o lo que sucede en la vida real y lo que acontece en un cómic que se lee, o lo que se ve y lo que se dice que se ve (test de Roscharch), o lo que oscurece e ilumina intermitentemente una luz de neón.
Este juego intrahistórico, culmina en el capítulo 4 cuando de la mano del Doctor Manhattan se rompen las fronteras del tiempo, y el presente, el pasado y el futuro no se diferencian, hasta el punto de que la sucesión entre ellos que pensamos correcta no siempre lo es.
Todas las historias se enriquecen entre sí; especialmente cuando se cuentan de manera simultánea: todo queda relacionado, todo forma parte de la misma realidad... A ello contribuyen también los escenarios: los personajes (y con ellos las historias que arrastran) confluyen en el mismo espacio. Puede no apreciarse en una lectura apresurada o no avisada; sin embargo, todo forma parte del mismo universo. Por eso los secundarios lejos de ser un mero adorno se convierten en elemento fundamental. Sin ellos la historia no sólo no está completa, sino que no avanza, se convierte en ininteligible o pierde su engarce con la realidad.
En el aspecto gráfico son memorables al menos dos de los personajes: Rorscharch y el Dr. Manhattan, no puedo concebirlos fuera de las coordenadas que Dave Gibbons dibuja. ¿Será por eso por lo que en mí, fracasará la película que se perpetrará en las salas a partir de marzo de 2009? Únicamente he visto el trailer; pero para mí ha sido suficiente. Cuando aparezca quizá sea el momento de incluir este post en otra sección y... de cambiar de opinión.
A lo largo del tiempo han aparecido ediciones diferentes: la primera fue de DC (Zinco en España, 1986-1987), en 12 capítulos individuales con formato cómic-book. Norma posteriormente mantiene el mismo formato, pero en un único volumen. Han surgido no obstante ediciones en un formato mayor: primero en capítulos individuales y después en un único volumen: Dargaud, Planeta (absolute).
Para mí tiene una fuerza expresiva mayor el formato más pequeño pero quizás estoy influido por la lectura primigenia.
¿El mejor cómic? Digámoslo de otra manera: un clásico fundamental para los que disfruten de este medio.
Tenía bastante más; pero he cortado. Si os interesa profundizar os dejo el enlace a dos buenos y diferentes comentarios: uno es de la Wikipedia y otro de Yeray-Muad'Dib.
Andoni Calderón Rehecho