En un futuro próximo la Tierra ha llegado al límite de sus recursos y la humanidad para sobrevivir debe explorar la galaxia a bordo de naves de tecnología alienígena que no sabe manejar.

Así comienza "Pórtico", el libro con el que Frederik Pohl ganó todos los premios importantes de ciencia ficción en 1978 y que está algo olvidado hoy en día. En esta novela claustrofóbica, su protagonista Robinette Broadhead nos relata sus experiencias pasadas como pionero de Pórtico, el asteroide puerta a las estrellas, en una mezcla muy atrayente de entrevistas con su psicoanalista, flashbacks y viñetas y anuncios varios.

Robinette, un personaje débil, se convierte en estas circunstancias extraordinarias en héroe por la única razón de que sobrevive, y en sus recuerdos nos habla de lo desconocido, de culpa, de sexo y sobre todo de miedo, mucho miedo. Miedo a esa misteriosa raza que abandonó sus naves y que ahora los humanos deben utilizar, miedo a la muerte en algún lugar perdido de la galaxia y por encima de todo: el miedo al miedo. Quizá esté algo desfasado: Robinette fuma, todavía existe la Unión Soviética y en cuanto a la ciencia... Está claro que lo que podía ser plausible en los 70 ahora puede haberse descartado, el autor mismo lo reconoce en una nota del último libro de la serie, pero ¿no somos capaces de imaginarnos un mundo sin recursos energéticos, con la ecología arruinada, devastado por el hambre y la enfermedad y donde humanos desesperados están dispuestos a todo con tal de cambiar su suerte?

Pohl escribió cuatro libros más de la saga y uno de relatos en los que se van desvelando los enigmas propuestos en la primera novela y aunque son interesantes (menos el último quizá) ninguno de ellos conserva la atmósfera angustiosa y desesperada tan original de "Pórtico"

Pilar Gómez Bachmann