"Para mí uno de los espectáculos más hermosos, más animadores y más interesantes que puede presentar la vida humana es el que ofrecen los pocos sabios que en el mundo han sido [...] dándose la mano a través de las generaciones y a través de las grandes distancias, formando una cadena que es en las oscuridades del mundo como un sendero de luz que señala el camino a la vacilante razón del hombre."

Así escribía Clarín en un Palique (04/11/1892) de hace más de cien años.

El entorno de esta novela me emociona por cercano. En una aldea minera de la montaña de Asturias, Peñafonte, los sentimientos y los recuerdos tras cada ventana de la casa de sus habitantes, se enredan con la memoria,  humedecen su corazón y revive el alma en su aliento y en el carácter.

Oímos estas vidas, como un trozo de la historia que les ha hecho como son, y que algunos hemos tenido el privilegio de escuchar, sin respiro, como historia de la historia enlazadas a la vida cotidiana por la tradición oral, convertidas en escuela de antropología y cuentos.

Habitantes de todas las edades, con su función social, emparentados a la tierra y a la profesión, que amenizan el discurrir de los largos días, donde el tiempo da para hablar de y durante las sobremesas, las tardes hasta el ocaso y de las noches al lado de la noche.

Fulgencio Argüelles (Orillés, Aller, 1955) Escritor asturiano. Ha publicado las novelas Letanías de lluvia, Premio Azorín 1992, Los clamores de la tierra (1994), el libro de relatos cortos Del color de la nada, Recuerdos de algún vivir (1999), obtuvo el Premio de Novela Principado de Asturias 2000, concedido por la Fundación Dolores Medio. En 2003 ganó el Premio Café Gijón con El Palacio de los ingenieros belgas.

Todas sus obras son un lujo literario. Doña Berta, Ana Ozores y Clarín las tendrían entre sus lecturas, una porque es su paisaje del alma, Ana por la cercanía melancólica, y Clarín por que diría: " Cuando se saben muchas palabras y se ha pensado reflexivamente en su significado, es posible llegar a la exactitud y a la concisión, que tanto sirven para dar al estilo elegancia, verdad, relieve, fuerza, sus principales y más sólidas bellezas: Lo que necesita el novelista..."

Carlos Lombas