En su última novela, Crematorio, Rafael Chirbes hace una crítica despiadada de la cultura del ladrillo imperante en la sociedad española actual; a partir de la vida de un constructor sin escrúpulos -Rubén- y los personajes que le rodean, se nos hace una disección de las relaciones corruptas que propicia su entorno.
A través del monólogo interior del protagonista, asistimos a la historia de varios personajes unidos a él por relaciones familiares o profesionales. Un paisaje desolador y devastado, tanto ideológica como éticamente, en el que los intereses capitalistas son el centro de toda existencia. Una crítica inmisericorde sobre una generación -la que hoy ocupa el poder- en la que muchos han sustituido las viejas utopías por la cultura del "pelotazo". Chirbes nos ofrece un retrato profundo de una sociedad demencial, la nuestra.
Amanda Cabo Pan