MICHIO, Kaku. La física de lo imposible. Barcelona: Debate, 2009. 464 p. ISBN: 9788483068250.
Me gusta mucho la ciencia ficción. Y para definir por qué, me basta el mensaje inicial de Star Trek (dicho preferentemente por el capitán Picard): me gusta porque lo que quiero es "to explore strange new worlds; to seek out new life and new civilizations; to boldly go where no man has gone before...ta tarará rararaaaá..." (No puedo evitar cantar la musiquilla cada vez que digo la dichosa frase).
Otra razón por la que quizá me resulta tan atractiva es porque soy adicta a todo tipo de cacharros. En épocas de insomnio, en las que tampoco puedo leer, me quedo embelesada viendo los "maravillosos" objetos de la teletienda. Afortunadamente, llegado el alba, recobro la cordura. Pero, en esas horas intempestivas y con el cerebro a media marcha por la falta de sueño, los exprimidores, hornos, aspiradores o quitarrugas, me parecen objetos imprescindibles sin los que la vida diaria se hace mucho más penosa.
Durante años, en el atasco de la carretera de La Coruña para ir al trabajo, he soñado con poder decir: "Scotty, beam me up..." y aparecer milagrosa e instantáneamente en mi destino. Por eso me decepciona tanto cuando los científicos echan por tierra las ideas vistas o leídas en las novelas y en las películas... Que si es imposible el teletransporte, o el replicador de materia, o la telepatía... Incluso consideran poco probable que alguna vez podamos viajar a las estrellas y contactar con alguna especie extraterrestre dadas las enormes distancias del universo y la imposibilidad de superar la velocidad de la luz.
Y por todo esto, es por lo que me ha gustado tanto el libro que os voy a comentar hoy. Se titula "Física de lo imposible" y lo ha escrito Michio Kaku, especializado en la "Teoría de campos de cuerdas". En él, el autor parte de la base de que lo imposible es relativo, y de que la imposibilidad muchas veces se basa en el conocimiento imperfecto de las leyes de la física y de la ciencia. Es más, según Kaku, si en la actualidad no hay una ley que prohíba expresamente un fenómeno, se tiene que considerar seriamente su posibilidad. De esta manera, clasifica temas propios de la ciencia ficción según un baremo de 3 grados de imposibilidad. La clase I analiza tecnologías imposibles hoy pero que no violan las leyes conocidas de la Física y que se podrían materializar en este siglo o el siguiente. La clase 2 trata de tecnologías en el límite de los actuales conocimientos científicos que podrían ser posibles dentro de mil a un millón de años (o más). Por fin, la clase 3 se ocupa de fenómenos que violan enteramente los fundamentos de la Física tal como los conocemos.
El libro es interesantísimo, muy ameno y fácil de entender. Lo pueden seguir perfectamente los que, como yo, no saben nada de Física. Los viajes en el tiempo pueden parecer irrealizables ahora mismo pero, como decía Carl Sagan, la tecnología en la que se basa nuestra civilización tiene apenas doscientos años de antigüedad. Y, sin embargo, podemos ver imágenes y comunicarnos con el otro lado del mundo instantáneamente; podemos montarnos en aparatos que nos levantan del suelo y nos transportan en horas a lugares que en otras épocas nos hubiera llevado años; podemos llevar una colección impresionante de libros, música e incluso películas en un aparatito de bolsillo. Ahora mismo, esto lo estáis leyendo en un artefacto que parece más cosa de brujas que otra cosa. Si conseguimos no destruirnos a nosotros mismos, ¡qué cosas podrán ver nuestros descendientes dentro de mil años!
"Física de lo imposible" es un libro, en fin, para soñar. Especialmente para los jóvenes, que como el propio Kaku, quedaron prendados de niños de la ciencia ficción.