Quizá no sea el mejor escritor, pero su novelas consiguen enganchar, porque nos muestra realidades tangibles y similares a nuestras vivencias cotidianas.
Irvine Welsh pasará a la historia de la literatura por haber escrito la novela Trainspotting. Su adaptación cinematográfica por Danny Boyle, alcanzó un gran éxito en la década de los 90'. La historia relata las vivencias de un grupo de amigos y sus relaciones con las drogas.
En su última novela, Crimen, nos habla del mundo de la pedofilia.
El protagonista, Lennox, un agente policial de Edimburgo, ha resuelto con éxito un caso de asesinato, pero ha quedado destrozado física y psicologicamente, por lo que su jefe decide darle unas pequeñas vacaciones. Emprende un viaje a EEUU, concretamente a Florida. Acompañado por su novia, Trudy, piensa que es un buen momento para enmendar su relación. Una vez allí, las vacaciones se tuercen. Lennox se topa con una serie de personajes que harán que los placenteros días de relax se conviertan en una pesadilla.
La historia es interesante, consigue crear suspense, y los personajes son creíbles. Su forma de narrar se caracteriza por jugar con los tiempos, utilizando el flash-back.
Podríamos decir que una de las cosas que mejor se le da es retratar la sociedad actual, con todas sus miserias. Suele introducir palabras de origen escocés y jugar con su significado dependiendo de la fonética. Además de aderezar los relatos con dos de sus pasiones, el futbol y la música. Nunca dejará de nombrar al equipo de sus sueños, los Hearts.
En general, su obra se caracteriza por historias donde los sentimientos tienen una importancia vital. En Crimen podemos apreciar el dolor y las cicatrices que producen los abusos sexuales a menores; en Cola ( mi preferida) se habla de la amistad a través del paso de los años; en Extásis el amor es el protagonista.
Si comparasemos la obra literaria de Welsh con el cine, nos aproximariamos al universo particular de autores como Ken Loach y sus Felices Dieciseis; Mike Leight y su Todo o Nada; o Stephen Frears con su Café Irlandés.
Añadir que la música cobra tal importancia que puede llegar a ser un personaje más. En Crimen se hace referencia a grupos como los Rolling Stones o los Beatles. En Cola nos movemos al ritmo del mejor ska (The Specials, Jimmy Cliff, Mr. Symarip...)o canciones sacadas del mejor soul de los 50' o 60' que podriamos encontrar como banda sonora de American Graffiti. Trainspotting baila al ritmo de Iggy Pop, Elástica o Blur.
En definitiva, si te gusta la buena música, salir con tus amigotes a tomar unas cervezas, los dibujos de Norman Rockwell, si eres un tipo duro pero con su corazoncito y llevas una Harrington con pitillos, Irvine Welsh es tu hombre.