Los poemas escénicos que recoge Tríptico, de José Manuel Lucía Megías, se sumergen en el claroscuro poético del desdoblamiento y, antes de combinarse con los Monólogos (otro diálogo con el yo), juegan con los espejos, como ocurre en el poema "soy uno" que se define como "confusión melodramática en un solo acto... multiplicado por cuatro".
Porque, en Tríptico (ver en Escritores Complutenses), Lucía Megías multiplica los significados y los símbolos, los desdobla y traza un recorrido a través de las palabras y de la psique, dirigiéndose hacia ese verso (el que más me ha gustado) que se pregunta "¿cuándo tus ojos dejaron de ser mis ojos?" es, también, un verso múltiple que podría tener múltiples destinatarios, múltiples emisores, y que, desde esa multiplicidad, relata y dibuja la soledad, el paso del tiempo, el extrañamiento, el doble. Al igual que la confesión: "a veces me levanto y estoy contigo... y sigo estando solo". Los versos del libro nacen de la concepción de una imagen trasladada a un poema que, a su vez, se puede trasladar a una escena que a su vez inspirará otro poema, y así, nos llevan hacia otros laberintos de emociones y pensamientos que deberemos explorar con el mismo latido.