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Lo que sé de los hombrecillos, de Juan José Millás

Rafael Sánchez-Grande Moreno 16 de Marzo de 2012 a las 10:24 h

¿Se imaginan que un buen día sucede algo en sus vidas, algo que trastocase todo cuanto les rodea, incluso aquellos valores en los que creía?  Pues esto mismo es lo que le sucede al protagonista de la última novela del escritor y periodista Juan José Millás. Se trata de una obra no muy larga, al contrario de algunos de los best-sellers actuales, pero sin duda alguna más entretenida que muchos de esos novelones. Al fin y al cabo, esa debe ser la primera y más importante misión de la literatura: entretener. Si además es capaz de arrojarnos una visión irónica o crítica del mundo que nos rodea, pues mucho mejor. Y esto es lo que consigue Millás con este libro, combinar diversión y contenido en sus 185 páginas.

      La obra narra, en un tono siempre ameno, el encuentro de su protagonista, un profesor universitario de economía ya retirado, con una raza de hombrecillos que pululan por su casa con total descaro. Al principio, estos contactos no alteran demasiado su vida, más allá de despertar su curiosidad ¿Qué querrán? ¿De dónde vienen estos hombrecillos? Sin embargo, el relato da un giro cuando una mañana, al despertarse, descubre a un grupo de estos pequeños seres caminando sobre su pecho y creando una diminuta réplica de él mismo con pequeños trozos de su cuerpo.

     A partir de ese momento, la vida del veterano profesor se irá alterando por la presencia de su diminuta copia, con la cual no sólo compartirá su ADN, sino también pensamientos y sensaciones, a través de una especie de conexión mental. De esta manera, todas las experiencias y sentimientos de uno las vivirá también el otro, como si fueran propias. Conocerá así el protagonista el universo de donde proceden las pequeñas criaturas, una ciudad de casas de piedra y ventanas geminadas, liderado por una Reina ovípara, que tras copular con su replicante pondrá huevos de donde emergen nuevos hombrecillos.

     Bajo la influencia creciente de su pequeña copia, el protagonista, un hombre hasta entonces amante de la pulcritud y el orden, se irá dejando llevar hacia una vida desordenada, disfrutará de algunos de los vicios de los que antes rehuía, de todo tipo de emociones fuertes que le provoquen subidas de adrenalina, descuidando incluso su higiene personal. En definitiva, el caos le irá absorbiendo y su mundo aburguesado, de orden y comodidades, se desmoronará como un castillo de naipes.

     Es muy difícil, tras leer esta novela, no acordarse de dos obras clásicas de la literatura universal. Con Los viajes de Gulliver, comparte sin duda esa habilidad, ya demostrada por Swift, de utilizar una inexistente civilización de hombrecillos para ofrecernos una visión irónica de nuestra propia civilización y de la condición humana. Y en este punto, como no, tampoco se salva la economía, tan maltrecha en la actualidad. No es coincidencia que el protagonista sea un experto en esa disciplina. Ni que en sus disertaciones vea al huevo (de donde nacen los hombrecillos) como el vínculo perfecto entre la biología y la economía. El hombre moderno se empeña en creer que, al igual que las ciencias puras, la economía está regida por leyes inmutables, que está encorsetada dentro de parámetros racionales, cuando quizá sean también hombrecillos de bajos instintos los que en realidad la dirijan, y la estén arrastrando a la actual situación crítica.

     La segunda obra que veo reflejada en esta novela es otro clásico de la literatura fantástica: El extraño caso del Doctor Jekyll y el señor Hyde. Y es que, como ya hemos visto, al igual que en la novela de Stevenson, el hombrecillo es en realidad un alter ego del protagonista, fruto del desdoblamiento de su personalidad, una materialización de su lado oscuro, que acabará imponiéndose a su lado “correcto” y civilizado, mediante la subversión de sus propios valores.

     En resumen, el tema principal de esta recomendable novela no es otro que la superficialidad de los valores de nuestra civilización, el falso orden, la aparente falta de conflicto, el intento de soterrar incluso nuestras pasiones más primarias bajo un fino barniz cultural. Y así, en esta aparente burbuja creemos estar a salvo de ese reverso tenebroso nuestro, pero ¡cuidado, no os confiéis!;  todos  podemos tener a nuestro hombrecillo particular, esperándonos a la vuelta de la esquina. 

     Lo que sé de los hombrecillos ha sido editado por Seix Barral en el año 2010, dentro de su colección Biblioteca Breve y cuenta también con una versión en e.book, para los amantes de las nuevas tecnologías.

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