¿Y si pudiéramos recordar el futuro? ¿Y si el tiempo no fuera un continuo sino que pudiéramos saltar de un punto a otro de nuestra existencia a través del recuerdo? Billy Pilgrim, el protagonista de la novela Matadero Cinco de Kurt Vonnegut, posee esta curiosa capacidad. Pilgrim "recuerda" su vida futura y cómo ésta se ve afectada por su desorientada experiencia como soldado en la Segunda Guerra Mundial durante los días en torno al bombardeo de Dresde. A través de este curioso personaje, Vonnegut muestra un hecho histórico real infiltrado de presteza literaria, una realidad que él mismo vivió en primera persona, pero que se resiste a presentar como mera crónica autobiográfica.

Para alcanzar su objetivo, Vonnegut utiliza recursos como la particular vivencia temporal de Pilgrim o la inserción de sí mismo como narrador omnisciente que actúa a la vez como personaje secundario de la novela. Así, Vonnegut consigue construir dentro de su breve novela todo un entramado de distancias temporales y narrativas perfectamente engarzadas que provocan en el lector la sensación de encontrarse no ante un hecho histórico, sino ante una realidad extratemporal. Al fin y al cabo, no hay nada más alejado de la realidad cotidiana de cualquiera que una guerra y todo lo que ésta conlleva. 

Volviendo a nuestro Billy Pilgrim, su percepción temporal no es la única peculiaridad sobre la que se construye la novela. Es cierto que el hecho de recordar el futuro presenta la cruda realidad de una guerra en el contexto individual de la vida de una persona. Pero lo más importante es cómo este hecho afecta a la visión de Pilgrim de la existencia propia, y hasta qué punto exalta el valor de la vida. Pero no de su vida o de la vida humana en general, sino del vivir sin más. Vivir… una persona que ha rebasado límites que en nuestra cómoda existencia ni siquiera nos planteamos valora hasta los más mínimos detalles del estar vivo: todo se relativiza, incluso la muerte, con esta visión temporal simultánea, en la que los buenos y los malos momentos son sin más, pero son siempre. Por eso Vonnegut, tras su traumática experiencia, crea literariamente a un Pilgrim que vive más allá del presente valorando ahora y en todo momento hasta el más pequeño detalle de lo vivido y de lo que está por vivir, hasta el más nimio vestigio de lo que significa estar vivo. Por eso Vonnegut termina su novela con la contundente realidad del trino de unos pajarillos, que son, fueron y serán ocurra lo que ocurra a su alrededor.