Me gusta Paul Auster porque tiene una escritura muy natural, con la que conecto fácilmente. Además, cuando trata de temas personales, enseguida me hace evocar sensaciones, sentimientos o experiencias propias, que vistas a través de la vida de otro se pueden comprender mejor.
Diario de invierno se podría considerar un libro menor de Auster, pero no por ello con menor encanto. Es un texto autobiográfico o memorístico, donde reconoce estar iniciando la estación vital de la vejez y mira lo recorrido desde ella, con sinceridad y prudencia.
Al acabar el libro me he quedado con ganas de releer sus otras obras autobiográficas (A salto de mata, La invención de la soledad) para apreciar el cambio de punto de vista, la evolución en la forma de sentir y asumir los acontecimientos vividos.
En este Diario repasa las casas en las que ha vivido, la muerte de los padres, recuerdos de juventud y el presente, un accidente de tráfico o una caída infantil, los momentos de angustia o de placer, la estabilidad matrimonial tras una primera boda difícil, el origen de algunas cicatrices, algunos viajes.... Los hechos son lo de menos, quizás lo importante son las impresiones, las reflexiones que logran provocar, y poder acompañar las vivencias de un hombre corriente.
En general recomiendo mucho los libros que adoptan formatos biográficos o aparentan serlo, y algunos creo que me han impactado aunque no contaran nada especial: De Antonio Martínez Sarrión su "Infancia y corrupciones" o "Una juventud"; de William Boyd "Las nuevas confesiones", "El almanaque de mi padre" de Jiro Taniguchi en cómic y tantísimos otros.