El fin de semana pasado en unas jornadas bibliotecarias (Bibliotecas 2029) compartí una cena con una mesa especialmente ingeniosa e inspirada. Una de las mayores sorpresas fue cuando vi delante de mí una cabra cruzar veloz el espacio para introducirse en un pozo insondable... (se me ha quedado grabado para siempre en la imaginación) ¡Joder, cómo cuenta los chistes este tío! Lo que no sabía es que la noche siguiente Félix Albo nos mantendría en el hilo de la emoción que va de la carcajada al llanto mientras realizando una de las pocas cosas que sabe nos contaba cuentos, ni que acabaría adquiriendo tres libros: uno ilustrado destinado a una niña (Si un día juntásemos todas las camas del mundo) que acompañaba a los que a continuación menciono: Yayerías y Memento mori.
Cuando lees uno de esos cuentos, pensados para ser leídos en voz alta o escuchados de otros labios, y has visto a Félix en acción no puedes evitar oir su voz, ver sus gestos, sentir su mirada transparente, cálida, risueña. Sin embargo, cuando te adentras en alguno de aquellos que has vivido con él sabes que hay una distancia enorme entre la lectura recogida, ensimismada, silenciosa y el cuento escenificado... que puede ser minimizado para consultar la Wikipedia, suspendido para encontrar el momento en que se inició Google Earth, convertido en escenario donde un capitán general de la Guardia Civil se mueve como Supermán y sus subalternos como superlópez, en el que las cenizas de un árbol consumen una existencia personal y colectiva, evocador de los infinitos ecos de un relator convenientemente medicado que vive la mayor parte de sus días en un correccional, o seguramente mañana será girasol en una noche de luna nueva, o esta última a las doce del mediodía con un radiante sol.
Yayerías son 11 cuentos (algunos son cuentos-poema) sobre abuelos, cuyas historias, sobre todo las relatadas por ellos, en realidad son historias de jóvenes, de niños... sólo que de otra época, tan mala como cualquier(est)a, que en ocasiones sólo ahora pueden ser mencionadas. Como nuestras historias de hoy que serán mañana yayerías nuevas.
Son historias de amor, de amistad, de existencias compartidas, más cercanas a la naturaleza, a un transcurrir de la vida más pausado y con menos artificios... y también ligadas a una sociedad más áspera, más visceral, oscurecida por el acontecer histórico. Es además una reivindicación de la cultura oral y las bibliotecas (lo son las dos obras), del valor de nuestros ancestros, de las relaciones sociales; sin olvidar la crítica.
Memento mori recoge 14 historias con la muerte como referente. El instante que nos llegará a todos, que cada cultura, cada persona, vive de diferente manera, que cada cuento enfrenta de forma distinta. En realidad un canto a la vida: Buscar el olvido es hallar el recuerdo. Amor, deseo, guerra, amistad, pertenencia social, naturaleza, inmigración, connubio fúnebre, envidia, ignorancia, soledad, vejez, pasión, enfermedad, cuenta cuentos, poesía, muerte.
Si alguno de esos cuentos os atrae de alguna manera, estad seguros de que con Félix en directo os harán sentir un gran momento, llenarán vuestra biblioteca de ecos, saldrán de sus libros los personajes (también cuenta así), o amenizarán de manera pertinente vuestra despedida de casados. Además, los cuentos acaban y Félix sigue... compartiendo el momento.