Desde Soldados de Salamina, Javier Cercas me ha acompañado con sus libros. Mi lectura favorita son las novelas pero con Anatomía de un instante, una mezcla de novela (o eso dice su autor que es), crónica periodística y libro de historia, también he disfrutado mucho. Es, desde luego, reseñable que su lectura alcance la intensidad de un thriller cuando nos está contando unos hechos que todos conocemos.
Pero sobre Anatomía de un instante ya escribió en Sinololeonolocreo Carlos lombas y yo lo que quiero compartir hoy aquí es su último libro, Las leyes de la frontera. Una vez más, es imposible interrumpir la lectura de una historia que te atrapa desde el primer momento. El escenario es la Girona de finales de los setenta del siglo pasado.
En el verano de 1978 Ignacio Cañas, un adolescente hijo de emigrantes, buen estudiante y un poco introvertido, conoce a Tere y El Zarco. Movido por el deseo hacia Tere y por la curiosidad de un mundo totalmente desconocido, Cañas se introducirá de lleno en el mundo marginal de los "quinquis" y durante ese verano los tres se dedicarán a robar coches, desvalijar casas y atracar bancos unidos por una relación extraña e indestructible; esos meses transformarán sus vidas para siempre.
Veinte años más tarde, Ignacio, el abogado más conocido de la ciudad, recibe el encargo de defender al delincuente más conocido de España, el Zarco; a su vez, un escritor pretende escribir un libro sobre la verdad de este mito de la delincuencia juvenil.
Esta es la historia de una frontera, la que separa las casas de la clase media de los albergues provisionales separados por el río Ter, la frontera que divide a los charnegos de los catalanes, la frontera entre los amigos y los enemigos, la frontera entre el bien y el mal. Pero esta historia también es una historia de amor y desamor, de amistad, de lealtades, de traiciones, de venganzas inesperadas. Un libro totalmente adictivo.