Seguimos con la sección "Librerías de cabecera". Hoy charlamos con Marta Ansón fundadora de La Mar de Letras, la primera librería madrileña especializada en libros para niños y jóvenes.
Eso ya es un mérito en sí mismo. Además de una cuidada selección de obras su personal ofrece asesoramiento y un trato exquisito.
¿Cómo te convertiste en librera?
Algunos de los mejores recuerdos que tengo de niña tienen la librería de mi madre como telón de fondo. Era en plena Transición, se llamaba Mariana Pineda y me encantaba perderme en ella, a pesar de que no tendría más de 60 m2. Allí descubrí Donde viven los monstruos, Historias de ratones, Julieta estate quieta... y otros de los muchos libros que hoy reconozco como clásicos y que pasaron a formar parte de mi bagaje cultural casi sin darme cuenta y, desde luego, sin ser consciente de la importancia de lo que tenía entre las manos. Desde entonces, cuando me preguntaban qué quería ser de mayor, siempre me veía sentada en la mesa de una librería, atendiendo a los clientes y leyendo. Sin embargo, la vida me llevó por otros derroteros: estudié periodismo, cine, y trabajé como periodista durante 5 años.
Al cabo del tiempo, me dije que por qué no. Por qué no realizar aquel viejo sueño de infancia. Reuní paro, ahorros y una pequeña subvención familiar y me lancé a la piscina, a pesar de las predicciones agoreras que me hacían los compañeros de profesión en la revista donde estaba trabajando.
¿Y lo de especializarte en público infantil?
Tomada la decisión, sólo había que decidir cómo iba a ser la tal librería: ¿con café?, ¿especializada en periodismo y comunicación?, ¿infantil? El hecho de que una ciudad como Madrid no tuviera librería infantil y mi querencia natural hacia la LIJ acabaron por decidirme. Después de un año de preparativos, La Mar de Letras vio la luz en octubre de 1999. Ya casi va a hacer 10 años...
¿Cómo se te ocurrió el nombre?
La librería se iba a llamar El globo blanco, en honor a una película iraní sobre la infancia que me había gustado mucho. Un día, cenando con unos amigos, mi amiga Emma, casada por entonces con el crítico de literatura Javier Goñi, comentó que Javier había dicho que de abrir una librería infantil, él la llamaría La Mar de Letras. ¡Qué tontería!, dijo Emma. El resto de comensales nos quedamos callados y yo rompí el silencio para preguntarle a Javier si podía robarle tan maravilloso nombre.
¿Qué ofrece La Mar de Letras a sus clientes?
La librería nació dando algún tumbo que otro, pero siempre con algunas ideas básicas de fondo: quería una librería con un fondo de calidad, un personal preparado (por entonces, básicamente yo misma) y con actividades que la convirtieran en un pequeño centro cultural del barrio. Con el tiempo, en la idea original han ido perdiendo importancia las actividades de animación a la lectura, a pesar de que cada día tienen más éxito y mantenemos en ellas el mismo criterio de calidad e independencia, y ha ido asomando tímidamente la cabeza de otra idea que hoy nos parece aún más importante: la de convertirnos en el librero especializado, que lee y conoce a su cliente, de tal manera que sabe aconsejarle y, en el caso de un niño, sabe abrirle la puerta a la lectura aconsejándole lo que aquí nos gusta llamar un libro llave: ese libro que todos hemos leído de niños y que nos ha descubierto el placer de leer. Hoy contamos con un maravilloso equipo que lleva a cabo la tarea con dignidad, barajamos la posibilidad de crear un librero especializado virtual y nos vamos manteniendo a flote en este competitivo mundo de la venta de libros.
Si conseguimos llevar a cabo nuestra tarea, tan sencilla y tan grande a la vez; y si el libro electrónico, las crisis estructurales y las crisis del sector nos permiten mantenernos abiertos unos años más, estaremos satisfechos con el resultado de esta loca aventura.
En la siguiente entrega de Sinololeonolocreo Marta Ansón nos recomendará un libro. ¡No te lo pierdas!