La vida de los seres vivos que forman parte de este planeta depende de que seamos capaces de utilizar de forma racional y equilibrada el uso de sus recursos. Nada más lejos de la realidad de hoy día en la que estamos atravesando una seria crisis ecológica debido a un sistema de producción y consumo que excede los límites de la biosfera, genera insostenibilidad, desigualdades e injusticias sociales al no estar fundamentado en principios éticos.
José Alberto Cuesta Martínez, en "Ecocinismos: La crisis ecológica desde la perspectiva de la ecología cínica", propone la necesidad de un cambio en nuestro comportamiento de consumo, acompañado de cambios éticos, políticos y económicos que hagan posible una sociedad más justa y sostenible.
Para dar solidez a estos cambios recurre a la tradición histórica como forma útil para poder reinterpretar nuestro presente. Y su punto de partida es el pensamiento cínico que surge a principios de la época helenística. Época de malestar cultural, individualismo y sincretismo cultural y mirada nostálgica hacia la naturaleza que, salvando los veinticuatro siglos de distancia, puede tener un cierto paralelismo con la sociedad actual. El cinismo propuso como opciones a este desencanto una forma de vida cuyo fin fuera la felicidad del hombre: vivir conforme a la naturaleza, cosmopolitismo, invalidar la moneda en curso, la parresía (la verdad, o libertad de expresión) fueron sus principios éticos.
El autor nos va mostrando la pervivencia de estos principios a través de pensadores y literatos que a lo largo de la historia han dado un toque de atención a las injusticias sociales generadas por los sistemas imperantes en la época en la que les tocó vivir. Desde el Renacimiento pasando por el Barroco hasta la Posmodernidad, los Nuevos Movimientos Sociales.
Y como hoy la pertenencia del ser humano a la naturaleza, que defendían los cínicos, es, aparte de una realidad científica, una necesidad a defender si queremos que nuestra vida en la tierra sea sostenible y justa,... "el principal legado del cinismo para una crítica ecosocial contemporánea reside en mostrarnos una mirada extrañada ante las irracionalidades del funcionamiento normal de un sistema que explota al ser humano y a la naturaleza por encima de sus límites y que se presenta a sí mismo como única alternativa posible"...