Desde la irrupción del escritor sueco Henning Mankell en el panorama literario actual con su serie de novelas del detective Wallander, asistimos a una auténtica invasión de escritores nórdicos dedicados a las novelas policíacas, que ha culminado con la trilogía Millenium del también sueco Stieg Larsson. Las novelas de Larsson no las he leído; estoy esperando que se publique la última para leerlas todas juntas, pero en cuanto a Mankell... Lo diré pronto, Mankell no es precisamente santo de mi devoción.
Su primera novela publicada en España, "La quinta mujer", sí me pareció interesante; en especial las descripciones de la vida en Suecia, algo totalmente diferente a lo que yo imaginaba. Desgraciadamente, ninguna de las demás me ha gustado mucho. En mi opinión, construye unas tramas muy trabajadas y cuidadas, para luego cansarse y acabar las novelas de cualquier manera. Como digo, es mi opinión y sé que estoy en minoría; mucha gente no entiende que disfrute tanto con el género policiaco y no me guste Mankell pero yo, en ocasiones, no coincido con la corriente general. Tiemblo cuando alguien me dice: "A mí no me gusta la novela policíaca pero ésta es estupenda, a ti que SÍ te gustan te va a encantar..." Bueno, a veces me encanta y a veces no, y cuando esto último ocurre (sobre todo con Mankell) me suelen contestar: "A mí me tiene sin cuidado quién sea el asesino, me interesa más la crítica social..."
Pero yo (qué se le va a hacer) si quiero leer crítica social o una novela de culto, no se me ocurre comprarme una novela policíaca, (o de ciencia ficción, género en el que lo de la crítica social también tiene muchos adeptos). A mi me gustan las buenas novelas, y si son policíacas, las buenas novelas policíacas, en las que por lo general el/los asesinos, o la razón para el crimen de turno (ya sea la avaricia por heredar, la perturbación sexual, o el contubernio económico, político y/o social) sí que importan, independientemente de que los culpables acaben en chirona o con Curro en el Caribe. Y sobre todo que, por favor, no se resuelvan por casualidades, coincidencias, o chiripas que se adivinan desde cien páginas antes...
Todo esto viene a cuento de que acabo de leer La mujer de verde del escritor islandés Arnaldur Indridason, del que sabía que había ganado con esta novela en 2005 el Dagger de Oro (Premio de la Crime Writers Association del Reino Unido). Que le concedieran el Dagger no es, desde luego, garantía de calidad, pero ese mismo año estaban también nominadas (entre otros) Fred Vargas y Karin Fossum (escritoras interesantes y entretenidas), por lo que tenía ciertas esperanzas.
La trama resumida es la siguiente: en el transcurso de unas obras en las afueras de Reykiavik, aparece un esqueleto que lleva enterrado más de sesenta años. Para resolver el misterio, el trío de policías protagonistas tiene que llevar a cabo un trabajo de reconstrucción histórica: en el momento del descubrimiento no hay ningún edificio en ese lugar, pero lo hubo durante la Segunda Guerra Mundial. Las posibilidades son múltiples. El autor consigue al principio mantener el interés y tiene puntos a su favor (no hay CSIs que mareen la perdiz), pero éste se va diluyendo poco a poco en la multitud de temas que menciona pero no abarca; temas, por no decir tópicos, porque no falta ni uno: maltratos, abandonos, infancias desgraciadas, drogas, crímenes dormidos. Demasiada información que no viene a cuento sobre los detectives del caso y muy poca (aunque haya hablado largo y tendido) y poco trabajada de los afectados por el mismo, para acabar en un batiburrillo sin pies ni cabeza. El libro, ni siquiera tiene el aliciente de contarnos cosas sobre Islandia, tan sólo algunas pinceladas que, francamente, saben a muy poco.
Si a pesar de toda esta diatriba os interesa el libro ya que para gustos los colores (el primer amigo a quién di a leer el borrador de este post me dijo que le estaba interesando mucho por dos motivos: uno, lo que decía de la trama le gustaba y dos, a él si le gusta Mankell) está publicado en RBA, 2009.