"El coleccionista de niños" es la primera novela de Macbride. En inglés se titula "Cold Granite" y podría denominarse, más que novela negra, novela gris. La acción discurre en Aberdeen, conocida como Ciudad de Granito por el material empleado en su construcción en tiempos victorianos. Al inventarse el título, los editores españoles le han quitado a la novela una de sus bazas. Dicen que el granito que se utilizó para levantar la ciudad, procedente de una cantera cercana, brilla a la luz del sol (yo no he tenido la suerte de verlo), pero bajo la lluvia resulta deprimente y en Aberdeen llueve, llueve y llueve, una lluvia helada que, en combinación con los crímenes que relata la novela, congela al más pintado.
El protagonista, Logan "Lazarus" McRae, sargento de policía en Aberdeeen, se enfrenta en esta ocasión a un secuestrador y asesino de niños. McRae no es un Rebus ni un Bosch. No actúa por su cuenta, trabaja con sus jefes y sus subordinados y hace las cosas como hay que hacerlas, vigilado muy de cerca por Asuntos Internos, aunque a veces se rebele. No es un héroe, y por supuesto tampoco perfecto.
Dicho todo esto, y a pesar del horrendo tema central, el libro está escrito con sentido del humor y presenta una mezcla interesante entre lo divertido y lo sórdido, entre lo excepcional y lo ordinario. Y lo más importante, no se puede dejar hasta el final.
Un nuevo autor a seguir del llamado Tartan Noir.