Hace años en unas vacaciones por Irlanda encontré una joya en forma de libro llamada Diary of a provincial lady de la escritora E.M. Delafield. En ella seguimos  las aventuras de un ama de casa de mediana edad en la campiña inglesa durante los años 30 del siglo pasado. Esta obra tuvo tanto éxito que Delafield escribió cuatro partes más y mi copia irlandesa las reunía todas, la segunda The provincial lady goes further, la tercera The provincial lady in America y la cuarta y última, The provincial Lady in wartim. Las devoré del tirón, casi sin respirar y disfruté leyendo tanto como del viaje.

La novela está escrita, como su título indica, en forma de diario y en ella su protagonista nos narra su lucha diaria para mantener la casa con un presupuesto ajustado (¡sólo puede permitirse cuatro criados!), mientras va resolviendo crisis variopintas y lidia con su excéntrico marido, con sus niños, sirvientes y vecinos, todo ello intercalado de divertidas y estrambóticas divagaciones y escrito con un lenguaje peculiar lleno de un humor seco y sarcástico.

Mi querido amigo Javier Pérez Iglesias describe de una manera que me encanta por qué le gusta otra escritora inglesa, Nancy Mitford; según él le resulta tan entretenido y fascinante como observar flores raras. En efecto, Mitford nos permite observar desde lejos un mundo tan ajeno y extraño para nosotros como puede serlo el pasado o el planeta Marte. Y esto es exactamente lo que también nos ofrece Delafield, otra visión del mismo mundo, el de la clase media alta británica, con su vicario, la mujer del vicario y la aristócrata impertinente y entrometida. Un mundo ya entonces en decadencia después de la primera Gran Guerra y definitivamente desaparecido después de la siguiente.

Delafield escribió otra obra interesantísima titulada I visit the soviets que, aunque se ha vendido como The provincial lady in Russia, no forma parte de la serie ni es un libro de ficción, pues narra sus experiencias durante un viaje que hizo a la entonces joven Unión Soviética.

En los años cincuenta la hija de E.M. Delafield, R.M. Dashwood escribió Provincial daughter intentando copiar el estilo y sentido del humor de su madre. La verdad es que no lo consigue pero aún así la obra tiene gracia y cierto encanto.

Libros del Asteroide publica ahora por primera vez en español Diario de una dama de provincias y espero que con el tiempo publique también sus continuaciones.