Con el tiempo más rebelde,
menos pausado; indómito.
No comparto las teorías
de una madurez escéptica,
como si todo tuviera
que aceptarse como es.
Los caminos son diversos
y no conducen a Roma
necesariamente siempre.
Hay más posibilidades:
quedarse en el camino,
sin duda la más probable
(existen las circunstancias),
o bien cumplir una meta
que llega con los sueños
en los que uno persevera
desde las propias quimeras.
No busco pues el Olimpo,
que lo mío no es suerte
ni alcanzar por fortuna,
que vengo de donde vengo.
Cada cual a su manera,
no me amoldo a cánones;
pero si opto, expongo
claramente por escrito
lo que creo y no creo,
lo que siento y no siento,
lo que defiendo o no...
Busco un mundo mejor,
no mi torre de marfil.