Las certezas en una incertidumbre
desasosiegan hasta el paroxismo,
los crímenes como fiel servidumbre
de imperialismos y nacionalismos.
El mundo no para y el dolor crece,
la barbarie se propaga impune
a todos los caídos que mece
el mar de la muerte que les une.
Unos, víctimas, otros, verdugos,
unos son dignos y otros, indignos;
la libertad romperá los yugos,
pondrá fin a estos tiempos malignos.