Tiempo prestado, Edic. del Consulado, Madrid, 1974.
Introducción
Poemas escritos entre julio de 1972 y noviembre de 1973; los cinco primeros (en el libro, "La partida") fueron publicados en el 'póster' Preludio a la mañana (Madrid, junio de 1973); a ellos se añadieron en los meses siguientes los doce siguientes, configurando una visión del problema del ser humano "quebrado" por un problema personal, y "recompuesto" gracias al instinto de conservación, de supervivencia, pero ya no igual al original.
Puesto que el poemario tiene una específica unidad no es del caso comentar cada poema; las claves personales, a veces no evidentes, creo que no afectan a la inteligencia del conjunto. Sólo cabe comentar que éste resultó profético en muchos aspectos.
Tres poemas
La partida, día 1
(1972)
Hasta aquí, los caminos.
Más allá, las estrellas o la angustia.
Hay que seguir buscando.
Del fugitivo aroma de las olas,
del azar, de las lágrimas
nuestra pasión renace.
Déjala que camine
con sus patitas torpes e inocentes.
Lo merece: sufrió
las furias y los odios,
el infalible paso de las horas,
el abandono de las noches largas,
la espada, la vergüenza.
Tejeremos aprisa
otro abanico de otros quince vientos.
Y con su aliento llegarán alegres
aromas de otros mundos.
La ausencia, día 4
(1973)
Busco al fondo mi yo, y no lo encuentro.
Él es mi gran ausente.
Mayor de edad, quizás. También un niño,
menos que un niño, un embrión apenas.
Donde estuvo el que fui, ya no está nadie.
Un hombre destrozado y apenas recompuesto,
al que le faltan trozos,
a quien le sobran huecos y ventanas.
"Meccano" ése mi yo, rompecabezas
que un viento, un hada mala,
un ansia y una ausencia dispersaron.
Y aquí me busco ahora y otro inquilino habita.
Mi fiel memoria no me reconoce.
Horas, días, semanas,
mucho tiempo será el que necesite
para hallar la costumbre en el espejo.
Quizás habría
sido mejor vivir en piezas sueltas.
O no sentir la angustia de este parto,
de este nacer de nuevo en otra cuna.
La mañana, día 3
(1973)
'Énosis i dikí mas'.
Unión la nuestra, amada,
promesa y desafío.
Largo será el camino
a la infalible meta que buscamos.
Me duele el corazón aquí, por fuera,
en las tercas palabras,
en la queja, en el reproche amargo.
Un cansancio de muerte
me detiene la sangre por las venas.
'Énosis i dikí mas'.
Unión la nuestra, amado,
que no debes temer.
Vacía de palabras y retórica
tu encuentro y sé directo.
Niégate al pesimismo.
Si tropiezo o tropiezas, la piedra no existió:
fue sólo una pirueta.
'Énosis i dikí mas'.
Unión la nuestra de árbol.
Sé tú raíz. Es mi destino
precisar tu sostén, pero ser rama.