Tu muerte
De nuevo y siempre, a Raúl
Con malas artes me lo arrebataste.
¡Tú, nieta de Caos!
¡Tú, hija de La Noche!
A pesar de tu aspecto envejecido,
del velo, la espada y la clepsidra,
lograste que te viera, ¡oh, paradoja!,
como a vida.
Utilizaste la alianza con Fortuna,
dispensadora de suerte o de desdicha,
obteniendo así su compromiso y
convenciéndolo para que te acompañara
a las entrañas de Gea,
donde Hades extiende sus dominios.
Pero no fue tan fácil engañarlo
y, al final, creyéndolo vencido,
consiguió por Hefaistos transformarse
y hoy vuela libre e invisible con Eolo,
besándome cada vez que lo respiro.
Y cuando el aliento yo note que me falte
y sienta que está pronta tu venganza,
iniciaré el camino cual Vestal
que me transforme en fuego, polvo,… en aire,
que nos funda y nos aleje de tu trampa.