Hilos descalzos carmín,
cual dulce voz del deseo,
manchó huellas de historia
sin sello.
Fuera en las calles,
se respiraba sed.
Olores esquisitos degustados
por mudos músicos de ayer.
Rojas mejillas escarchadas,
pieles sin red.
Amarillos en las nubes
sábanas blancas en los pies.
Vuela alto la palabra,
el eco dice: "ven"...
Sosegado el bienaventurado,
peste negra para el bien.
Una cruz del mártir,
cementerio en nuestros pies.
Brújulas sin flecha,
gran castigo del placer.
Larga búsqueda marchita,
¡Oh, tú! ,
Gran Grial la vida
para Percival fue.
Esperando lo evitable,
la razón,
la alusión,
¿qué más da el perder?
Calles estrechas,
sordo amor de pies.
muerte la alegría,
vida la desgracía es.
Balas de colores y
agrios besos soñé...
Una flor en el tejado,
todo fluye, nada es.
Vanora Miranda