¿Pólvora, en dónde yaces de lado?
Parece que esos cuerpos llenos de hollín,
jamás serán Resucitados.
¿Pólvora, dónde yacen tus brazos?
Si dormir, si ser, si dejar lo que se fue
¿Y qué somos pues?
¡Qué bajen todos!
¡Dad respuesta al coro!
Si todos por mismas rutas andamos
sin saber quiénes somos.
Si la vida, si el frenesí o la ficción,
ilustre admiración; cabezas bajas y
altaneras palabras al que empobrece
a su pueblo sin compasión.
¡Amor, alumbra sus ojos!
¡Esperanza, sé su escudo!
¡Abrid, abrid los ojos!
¡Sucios Edificios, escucha!
Escuchad, escuchad, el eco
del cordero furioso.
Largas trompas de elefantes,
gigantes ogros de viento,
silenciar no supieron
las colinas del obrero.
¡Ilusión, sé su sábana!
¡Libertad, abraza la frustración!
¡Abrid, abrid los ojos!
¡Sucios Edificios, escuchad!
Escuchad, escuchad, el eco
del Español silenciado .
Si el valor, si utilidad, si abstración,
la propina acaba en el pantalón;
¿Quién tuvo la osadía de apoderarse al creer
callar con mentira al Español?
Aquí, Rosas Pasadas, no os olvidamos.
Sangre tiene espíritu y alma, los cristales
de las aceras truenan con la historia
de pisadas escritas en secretos papeles.
¡Maldigo tu nombre, Historia!
Sigues creando héroes que nunca tendrán
escrita épica, lírica u oda.
¡Maldigo tu nombre, Historia!
Si luchar, si servir, si callar,
si actuar, si fingir, si soñar...
Pólvora...Pólvora...
cada día durmiendo más cerca de mi almohada.
Pólvora...Pólvora...
ceniza que desayuno cada mañana.
Vanora Miranda