Cortesano, hidalgo, mi Alonso Quijano,
A quien le supo amarga La Mancha
y huyó a refugiarse en Gauguin y sus cuadros.
Cortesano de los de lanza en pantalón,
lengua sapien y verso exterminador.
Cortesano de Dulcineas especulador,
deja atrás un Rocinante sin cadencia
precipitándose a la Cascada.
Vanora Miranda