Se abandonó al rodar de la canica
lamiendo lenguajes de madera
estrógeas macetas que pedían
remedio para la gastroenteritis
engullendo palabras como placebos
resquebrajándose la médula ósea
por culpa del guisante hercúleo
así,
así sació la fosforescencia de la Tierra
con brebajes griegos de segunda mano
cabalgando la libélula entre whiskys
¿El aliento?
Gradiva empaquetó sanguijuelas en la maleta.
Vanora Miranda