A Elvira Lindo
A todo niño de Carabanchel Alto
le toca su momento de abandonar las bragas sucias
o, en su defecto, abandonar el apodo de Gafotas
un día todos superamos a La Sita Asunción
hacemos migas con nuestros respectivos imbéciles
o les desahuciamos definitivamente de nuestras vidas
cantándanos un gospel cual misa afroamericana
muchos dibujamos ciempiés junto a Yihad en las puertas del paro
llevamos flores al abu Nicolás para rememorar el cuerno de la trenca
otros para reírnos del anillo dorado lanzado a la boca del pato del Retiro
en las cenas de antiguos alumnos bautizamos con el silencio
haciendo de la drogadicción de Mostaza un tabú incómodo
ya nadie menciona el nombre de Melody al hablar de enamoradas
cuando supimos que casi muere al ser maltratada por el último de sus ex-novios
Jessica la ex-gorda terminó en el porno saliendo en un vídeo Youtube del Torbe
el Paquito Medina dio un braguetazo con una americana
dejando Vallecas por un despacho en la mejor oficina de Wall Street
Arturo Román no dejó su papel de cordero del Belén y no volvió a hablaros en la vida
y ese inseparable Ore dejó de ser tu mandarina en la macedonia
quitando unos cuantos polvos impresionantes
los momentos de soledad disfrutados cuando tú elegiste
memorizar revistas y libros de Historia, poemas, diálogos de películas y teatro
hablar con tus cuentos y voces mediante las Barbies
hacer de cajera del supermercado o del Fnac con tu caja registradora del Imaginarium
ser la reina del rock & roll en mitad del escenario con los auriculares on fire
encontrar el refugio para alguien inútil como yo en Andrómeda
quitándolo ....
quitando sobre todo esos cuantos polvos impresionantes
las pollas , labios, cuerpos, voces, conversaciones indecentes
confidencias
quitando eso
sólo quitando eso
me acojo a las collejas múltiples
las reclamo
las cogeré en espíritu tan fuerte como al rosario
y la oración ...
la oración sólo es ...
por una vez
por una vez,
¿por qué no empezaste por el desenlace de los tiempos?
Vanora Miranda