sodoma y gomorra se deslíe al celícola como gabán
pasta sin cesar el cultivo de las sierras sufridoras de alopecia
fuerza al edén a fundirse en el canto de un cérvido
cada vez que los petigrís recuerdan su lenguaje
una orilla se hace estatua y es expolio de las aguas el plumaje
cuenta los cadáveres del pensamiento huyendo del sopor
nada de esto suele ser periscopio gacela extinta
nada de esto suele ser trigo a bordo de un barco
ballena desmañada para nadar
pez insistente por correr al lado del canguro
me pregunta cuánto tarda la noche en descomponerse
cuando soy predilecta al aniquilamiento de nubes y metales
a deshilar palomas en la orfebrería de acantilados
lo pregunta como si fuera lluvia silbada por cigarra
un melocotón en fiebre de su jugo
pregunta como si el oxígeno no fuera tumba suficiente
o el perecer con cada cascada invertida por el estómago de avestruz
no fueran gorgonas enseñando las encías
sigue sin surtir efecto la cola de caballo junto al edificio
persisto en aplastar en los fanales grano de arena
a saber qué diría el lagarto griego con vaso de infusión fría
si es cuestión de ser, yo... que soy aerógrafo indefinido
desquiciada por el terremoto del teletransportador en mirada
haciendo felpudo en vaivén del polvo
escuchando a sirenas de Odiseo (o era Newton) mientras la naranja caía
la descomposición de la noche tiene ruedas y maletas
tarda en descomponerse la noche tanto como se pierde un calcetín
tarda lo que la cremallera en desabrochar la inconsciencia
tarda lo que la comisura de la grietas crean balnearios a caracolas
tanto como un beso cae preso en cárcel a cadena perpetua
tarda la noche en descomponerse tanto como salirle sarampión al cielo
tarda lo que el centauro compra su billete fuera de Pelión
tarda lo que tardaste en acariciar lo único de océano
tanto como recolectar toda la clorofila y resina del mundo en un bolsillo
la descomposición de la noche es tarea pendiente en Fermat
pequeño era el margen como para dibujar una esfera
la noche se descompone a la velocidad que la neréida elige cliente
tarda lo que las conchas le hacen la guerra al mar
tarda un claustro de espíritu hablando agua.
Vanora Miranda