En el primer ejemplo, perteneciente al Juicio preliminar, Quevedo defiende la autenticidad del tratado, enfrentándose incluso a la autorizada opinión de Justo Lipsio.
El texto original latino del fragmento que aquí presentamos en la traducción de Quevedo lo podemos examinar en el folio 162 v. del manuscrito 114. En él se repite la misma queja (Perdí buena muger. Uxorem bonam amisi), acompañada de los correspondientes consejos y advertencias. A pesar de la similitud con el estilo de las cartas de Séneca que Quevedo apuntaba en el Juicio preliminar, su contenido misógino, muy alejado del pensamiento de Séneca, está mucho más próximo a muchas obras medievales del mismo carácter.