En las próximas semanas celebraremos los diez años de la inauguración de la Biblioteca Histórica y seis años desde que Pecia Complutense vio la luz. Presentamos hoy el número catorce que, como los anteriores, está lleno de aventuras de investigación muy cercanas a nuestra historia universitaria. La empresa editorial musical del cardenal Cisneros, dos estudios sobre la colección Guerra relativos a un manuscrito de Pedro de Navarra y a las encuadernaciones artísticas de la colección, un artículo dedicado a profundizar en la colección filipina y otro sobre un hermoso impreso dedicado a exequias reales, se completan con una aportación sobre la tipobibliografía aragonesa del siglo XVI.

      Al preparar durante las últimas semanas nuestra revista, como en todos los proyectos y afanes en los que está embarcada la Biblioteca Histórica, tenemos muy presente el magisterio de uno de los bibliotecarios complutense que nos precedió, Fernando Huarte, Director de la Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid de 1975 a 1986, recientemente fallecido, al que queremos dedicar especialmente este número de Pecia Complutense.

      "En la Universidad la biblioteca, más que en ningún otro centro, ha de ser eminentemente un servicio y no un tesoro. Almacenar libros raros que no se usen no sirve a la función educativa o científica propia de un centro docente o de investigación". Con estas palabras, Fernando Huarte, ponía los cimientos de la misión que años después se convertiría en la piedra angular de la Biblioteca Histórica. Esperamos seguir su ejemplo.