La ministra de Economía y Empresa, Nadia Calviño, ha clausurado el acto conmemorativo del 75 aniversario del inicio de los estudios de Economía en España, celebrado este 6 de noviembre en el salón de actos de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales. Este acto, que ha estado presidido por el rector Joaquín Goyache, ha servido, en palabras de la propia ministra, para poner de relevancia que "la profesión de economista es imprescindible para la buena marcha de la sociedad". Como ha destacado la decana de la Facultad, Begoña García Greciano, en los últimos 75 años en las aulas complutenses se han formado y han impartido docencia muchos de los economistas que contribuyeron al progreso económico y a la modernización del país. Uno de ellos, el catedrático emérito Juan Velarde Fuertes, ha participado en el acto pronunciando una conferencia sobre los orígenes de los estudios de economía en España. Esta conferencia también ha servido para inaugurar el ciclo "Cinco grandes maestros y la modernización económica de España en el siglo XX". Por supuesto, esos cinco grandes maestros, como subrayó el coordinador del ciclo, el catedrático Luis Perdices, fueron complutenses: José Castañeda, Valentín Andrés Álvarez, José Luis Sampedro, Enrique Fuentes Quintana y Luis Ángel Rojo.
Para la ministra Nadia Calviño, también estudiante primero y profesora después de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Complutense, es importante que la sociedad celebre efemérides relacionadas con uno de sus activos más importantes, como es la Universidad, garante no solo de los principales valores democráticos, como el diálogo abierto y sincero o el respeto a las opiniones de los demás como elemento enriquecedor, sino que su actividad académica e investigadora es imprescindible para el avance técnico y social. "A mí -afirmó la ministra- la universidad me ha servido para tener la cabeza ordenada y tomar las decisiones de una manera analítica y con una sólida base de conocimiento".
Este papel de la universidad de dotar de amplitud de miras y conocimientos a la sociedad es, de acuerdo con Calviño, más necesaria hoy que nunca, dada la complejidad de los retos a los que nos enfrentamos. En el terreno económico y ya refiriéndose a la actualidad de nuestro país, la ministra señaló como principales problemas las altas cifras de paro, la desigualdad y la gran deuda pública existente, a lo que hay que sumar problemáticas globales como el reto demográfico, la transición ecológica o la revolución digital. El objetivo de un buen gobierno es lograr implicar a toda la sociedad en la resolución de estos problemas, y es ahí donde el papel de la universidad y, en este caso, de la ciencia económica es fundamental para hacer que las decisiones que se adopten sean siempre las mejores.
El rector Joaquín Goyache coincidió con la ministra en destacar ese papel de servicio público de calidad que ejerce la Universidad en la España actual. En este sentido, la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales es ejemplo no solo por lo realizado en sus 75 años de existencia, sino por sus esfuerzos permanentes por seguir colaborando en la mejora económica, el progreso del país y en la articulación de una sociedad más próspera y justa.
La decana Begoña García Greciano recalcó ese pasado relevante de los estudios de Economía de la Complutense, desde aquella sesión inaugural de su primer curso académico el 16 de febrero de 1944 en el Paraninfo del caserón de San Bernardo. Profesores como los que protagonizarán las sesiones del ciclo organizado en colaboración con la Fundación Ramón Areces -que se desarrollarán hasta el próximo mes de febrero- y después muchos de sus discípulos fueron decisivos en momentos históricos de nuestro país, como la puesta en marcha del Plan de Estabilización de 1959, los Pactos de la Moncloa de 1977 o de las posteriores reformas que condujeron a España a integrarse en la Unión Europea. En estos 75 años, como destacó la decana, la Facultad ha visto a dos de sus profesores, Enrique Fuentes Quintana y Juan Velarde Fuertes, recibir el premio Príncipe de Asturias, a ocho profesores ser premiados con el Juan Carlos I de las Ciencias Sociales, y a otros diez con el Jaime I por sus investigaciones en el campo de la economía. También han salido de estas aulas numerosos ministros, gobernadores del Banco de España, y ya en el ámbito privado destacadas personalidades de la banca y el tejido empresarial. El reto de la actual Facultad, con sus 3 grados, 5 dobles grados, un doble grado internacional, 11 másteres y 4 programas de Doctorado, es continuar dando al país los mejores economistas posibles, personas que como dijera Luis Olariaga Pujana, precisamente un 16 de febrero, pero 14 años antes de aquella sesión inaugural de los estudios de Economía en el Paraninfo de San Bernardo, en 1931, "no tuvieran otro interés que defender el interés del país, de acuerdo a unas normas justas".
Precisamente en aquella sesión inaugural de 1944 entre los varios cientos de personas que llenaban el Paraninfo "agolpados hasta las puertas que dan a la calle San Bernardo", como él mismo recordó, estaba un joven estudiante llamado Juan Velarde Fuertes. "Seguramente por ser la única persona aún viva que estuvo allí me han pedido que hable hoy de los orígenes de esta Facultad", bromeó. En efecto, Juan Velarde Fuertes, a sus 92 años, pero cargado de energía y del rigor académico que le caracteriza, ilustró a los presentes de cómo llegó la España de aquel entonces y sus dirigentes a la conclusión de que necesitaban organizar unos estudios universitarios de Economía en la capital, que coexistieran con los ya existentes en Barcelona y Salamanca. Fueron muchas la vicisitudes que se atravesaron y no pocas las discusiones que precedieron a su constitución y a la forma final elegida para hacerla realidad, una única Facultad de Economía y Ciencias Políticas, que finalmente, ya incluso después de que algunos alumnos ya se hubiesen matriculado, por exigencia de su primer decano, Fernando Castiella, se dividió en dos secciones con titulaciones diferenciadas. "Hoy 75 años podemos comprobar que en nuestro país no hay autarquía científica en este terreno, por lo que podemos afirmar que lo iniciado en 1944 mereció la pena", concluyó su conferencia el profesor Velarde.