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Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid

Jueves, 25 de abril de 2024

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Se escribe Shakespeare y se lee Beckett

SE ESCRIBE SHAKESPEARE Y SE LEE BECKETT


Autor: Claudio Marrucci

Traducción al español: Yunia Fernández Roldán

 

El escenario se ve pobre: un pequeño árbol reseco, alguna rama tirada en el suelo, objetos desperdigados que, todos juntos, crean un ambiente agobiante y opresivo. 

Ocho fugitivos, ocho desesperados, ocho refugiados que salen desde diferentes zonas del escenario con su escaso y pobre equipaje. Se observan entre ellos como si se conocieran, pero sin llegar a reconocerse. Su vestimenta es extraña, parece que vienen de otra época, de otro mundo; cada uno tiene algo muy personal: un abrigo de piel, un medallón, un traje elegante, un colgante...

Los ocho están asustados. ¿Han escapado de una guerra, de un desastre ecológico o simplemente de un drama personal? ¿Hay diferencia? No. Por otra parte, la tragedia personal, muy a menudo, refleja un drama general.   

¿Saben los ocho fugitivos dónde van? ¡Claro que no! Se han escapado y buscan hacia dónde ir. Pero, ¿están encerrados en una celda al aire abierto porque huyen del mundo o sencillamente porque huyen de las tragedias que están representando y viviendo? ¿Es que acaso hay alguna diferencia?

Actores que viven, actores que actúan, actores que desean, actores que sueñan. Están allí, desorientados, perdidos y, por otro lado, puede que a veces se sientan seguros. La libertad, los sueños, la vida real. ¿Pero cuántas pruebas tienen que pasar? ¿Ganarán? ¿Sobrevivirán? Preguntas y más preguntas a menudo sin respuesta, justo como en el teatro, porque La tredicesima notte es teatro, teatro de verdad.

El ambiente está suspendido, basta un suspiro o que caiga un objeto o un gesto descompuesto o una palabra mantenida durante más tiempo, para que todo se precipite en la desesperación, en la rabia, en el miedo y provoque reacciones incontroladas.

La tredicesima notte  es un espectáculo de alta maestría, perfecto como un reloj, y de una espectacular tensión lingüística y metafórica.

Utilizan únicamente para hablar frases shakesperianas, como si fueran actores. Quizá Shakespeare es lo que tienen en común todos ellos o puede que solo conozcan esta manera de comunicarse. En cualquier caso, se comunican entre ellos y con los espectadores, algo que no es tan sencillo.

La tredicesima notte es un magnífico repertorio sobre la masacre, un tratado de filosofía sobre la vida y la muerte, que el espectador disfruta. Es una exposición sobre la necesidad de la vida y sobre los deseos que se derivan de ella, en otras palabras, es el teatro de la vida.

Narra ocho historias individuales que se entrecruzan y colisionan. Cuenta la existencia de un grupo de personas que se termina convirtiendo en símbolo de un futuro impredecible e improbable, seguramente sin grandes prospectivas.

Los ocho increíbles actores son: Raffaella d'Avella (el rey Lear), Paolo De Giorgio (Yago), Maria Borgese (Goneril), Marta Iacopini (Ricardo III), Silvia Mazzotta (Hermione), Giorgio Santangelo (Macbeth), Francesca Olivi (Rosalinda) y Beniamino Zannoni (Hamlet). Nunca se superponen ni se obstaculizan, se escuchan y se hablan, se ayudan con el tono y con los gestos con lo que crean, de esta manera, un fuerte vínculo con el espectador perspicaz.

La tredicesima notte es una cantata a varias voces, con agudos y gorgoritos de una alta tensión emocional y con un gran impacto teatral.

La directora Imogen Kush, junto a sus intérpretes, parece decir: "solo uno mismo puede salir de sus propios problemas, solo de manera individual podemos entender la poesía que hay en una hoja que cae o percibir el olor y el sabor de la lluvia, pero si conseguimos hacérselo llegar a un pequeño grupo y, por extensión, a los espectadores, quizá podamos salvarnos y, por qué no, contribuir a salvar el mundo".

¿Bastará un antorcha como la que llevan los actores? En absoluto pero, de manera simbólica, esa antorcha nos llevará dentro de nuestros sueños  hasta profundizar en nuestras pesadillas. Podrá llevarnos a las calles de la mente y de la carne, ayudada por la hermosa música de Sergio Ferrari, Valentina Criscimanni y Andrea Mieli.

La tredicesima notte es una vuelta al teatro de los orígenes, el teatro en el que palabra y silencio, imagen y oscuridad, caracterización y estilización, música y ruido ambiental son indicadores para llegar al corazón de la emoción porque, además, el paraíso está aquí, es ahora. Como decía Julien Beck: "basta con buscarlo juntos: actores, director, músicos, técnicos en iluminación, espectadores..."

No se puede esperar a Godot, hay que convertirse en Godot para ir más allá.

 

 

 

Más información disponible en: https://vimeo.com/127127624

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