Cada vez son menos los lugares en los que se permite fumar, algo lógico si pensamos que los no fumadores no tenemos por qué exponer nuestras vidas por los gustos del resto. Y es que todavía poca gente encuentra motivos suficientes para dejar de fumar, atendiendo solo entre risas a los míticos eslóganes de las cajetillas. Pues bien, ahí lanzo una información adicional para dar un impulso más a evitar el vicio.
Estudios recientes de la Universidad de Minessota, y dirigidos por el científico Stephen S. Hecht, corroboran la aparición de ciertas sustancias dañinas en el humo del tabaco que perjudican, acto seguido a la inhalación, nuestro material genético. Se trata de los hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAH) que a posteriori son causantes del famoso cáncer de pulmón. El estudio muestra que los fumadores presentan niveles de este tipo de hidrocarburos, como el fenantreno, en una fracción de tiempo asombrosamente corta y que podría equivaler a inyectarlo directamente en sangre. El equipo de este reconocido investigador añadió a uno de estos PAH una marca para poder realizar un posterior seguimiento del compuesto, con lo que podrían cuantificar los niveles del mismo. Doce voluntarios fumaron los cigarros fabricados con este aditivo (que comúnmente llevan pero sin marcar). Acto seguido encontraron altos niveles de las formas tóxicas del PAH en sangre.
Los compuestos carcinogénicos derivados de la combustión de este compuesto son difíciles de detectar dado que se encuentran a baja concentración en las primeras "caladas" y el mecanismo de reparación de DNA es muy eficiente. ¿Pero qué ocurre cuando somos asiduos al cigarro? Pues que el DNA está en contacto con una mayor concentración de PAH llegando a formar unos compuestos diol epóxidos que provocan alteraciones en el mismo, esto ocasiona mutaciones que desembocan en una proliferación celular descontrolada por disfunción de nuestro gran controlador p53.
Añado como aviso, a aquellos que suponen que masticar chicles con componentes similares a los cigarros o caramelos que hacen las "veces de" también tienen potencial peligro a desarrollar otros tipos de alteraciones como son el cáncer oral o esofágico, dado que debido a nuestra equivocada información y a la ausencia de correcta publicidad, no se conocen los componentes cuyo listado incluye nitrosaminas específicas del tabaco, aldehídos policíclicos, PAHs e incluso uranio. Todas estas denominaciones pueden sonar a chino, pero pediría la atención suficiente para que también suenen a peligrosos. No se trata de ninguna bobada cuando se trata de asumir responsabilidades y de proteger vidas, de tener "calidad de vida" propiamente dicha.
Como viene siendo común en mis artículos pondré una breve reseña de un sabio y filósofo, que después de estudiado y viejo, sigue teniendo más razón que un santo.
"Algunos creen que para ser amigos basta con querer, como si para tener salud bastara con desearla".
Aristóteles