¿Es posible que lleguemos a percibir la realidad circundante desde un lugar situado fuera de nuestro propio cuerpo físico?
De ser así estaríamos hablando de lo que, en términos de la experiencia clínica psicológica, ha sido designado como "experiencias extra-corporales" (EECs) Hay testimonio de ellas en edades, formación personal y culturas diversas, en experiencias próximas a la muerte o en otras muchas circunstancias.
Y, ¡cómo no!, ha sido uno de los temas de inspiración del llamado mundo para-normal que ha sido llevado en muchas ocasiones al cine: "Pesadilla en Elm Street" ( A Nightmare on Elm Street, 1984), su remake de 2010 poco tiene que ver con la fuerza y expresividad de la original, la película, que "psiquiatrizó" a innumerables adolescentes en la década de los 80, fue dirigida por Wes Craven.
El tema ha sido también tratado en series televisivas de misterio, como la conocida Ghost Whisperer , "Entre fantasmas". Esta serie trata sobre una atractiva mujer, Jennifer Love Hewitt, que tiene el don de comunicarse con los espíritus de los fallecidos que necesitan transmitir algún mensaje sobre lo que les llevó a la muerte. Hay quienes afirman que la inspiración de algunos de sus argumentos parten de las experiencias de una médium: Mary Ann Wintkowski.
Lo cierto es que algunas de las personas que nos han relatado este suceso podrían sentirse especialmente predispuestas para ello, pero según testimonio de otras este acontecimiento resultó ser una verdadera sorpresa inesperada.
Las más dramáticas se han relatado en personas que se han encontrado cerca de la muerte y han podido sobrevivir.
Pero tal vez resulte más sorprendente que sucedan durante el descanso, sobre todo si se ha conseguido una relajación muscular profunda, estado de vigilia relajado o en la primera fase del sueño, cuando se desdibujan las fronteras entre lo real y lo onírico. Puede suceder además en estados de conciencia vinculados con la meditación trascendental, como resultado de la acción de sustancias psicotrópicas o, lo que es más sorprendente, en momentos de la vida cotidiana que - en principio - no parecían tener ninguna connotación especial.
El relato de la experiencia
Quienes has pasado por esta circunstancia de la mente han relatado que "era como si flotaran fuera de su cuerpo", al que podían ver sin problemas, pudiendo contemplar la situación y desplazarse a voluntad sin él. Hay quienes afirman que era como actuar con un duplicado corporal, otros que parecía como si tuvieran otra forma distinta al propio cuerpo pero difícil de definir, también quien sostiene que era como si observaran a través de un determinado punto en el espacio, pero de una manera etérea, sin una corporeidad definida.
Nos dicen - quienes han pasado por esto - que pueden trasladarse a voluntad, incluso a través de paredes y objetos, como fantasmas, sin que ello les afecte lo más mínimo.
No es inusual que describan la visita a "otras realidades" extrañas, virtuales o místicas. También han podido obtener algún tipo de información que de otra manera hubiera sido imposible. La descripción lejos de parecer una ensoñación se describe con riguroso realismo. Se trata generalmente de una experiencia que afecta a las vidas, a los valores y a las formas de actuar en el mundo de estas personas.
Hipótesis
- Todos tenemos, según la explicación menos científica, una especie de "aura" o "cuerpo astral" capaz de actuar al margen del propio cuerpo físico.
- Se trataría de la posibilidad de una percepción extrasensorial que, como poder real de la mente, no ha sido aún lo suficientemente comprendida.
- Se trata, sencillamente, de un fenómeno puramente psicológico de respuesta a condiciones anómalas - sin ningún tipo de significación paranormal - vinculadas con los diferentes estados del sueño que, en ocasiones, conducen a lo que entendemos como "estados alterados de conciencia" que son capaces de reemplazar al modelo perceptivo normal. A menudo las realidades soñadas o imaginadas se describen panorámicamente y como vistos desde arriba.
En cualquier caso, y al margen de posibles causas hipotéticas más o menos científicas, los que nos dedicamos a la psicología sabemos que los trastornos perceptivos y sensoriales pueden situarse en un cuadro psicológico más general como es el caso de los estados de estrés agudo o sostenido en el tiempo, hiperemotividad, o a la ingestión de determinados fármacos o a alteraciones metabólicas o como consecuencia de algunas infecciones. Todas estas psico-patogenias pueden cursar, y ello es cosa sabida, con modificaciones y trastornos del esquema corporal tales como llegar a tener la sensación de que el volumen de los miembros sufre alteraciones o impresiones de levitación, como es la circunstancia que nos ocupa.
Cuando se han descrito casos de alteraciones mentales y de la conciencia, que suelen aparecer durante el transcurso del sueño, generalmente en esa fase primera de adormecimiento podemos referirnos a una circunstancia de ensoñación hipnagógica en la que la conciencia ya no se encuentra sometida al control de la atención consciente sino dominada por fenómenos sugestivos.
Se puede tratar de fenómenos aberrantes del adormecimiento que se acompañarían de una reacción electroencefálica de vigilia, que no alcanzaría necesariamente a la vigila física real. Es entonces cuando se producirían, sobresaltos, ilusiones de levitación o de otro tipo de alteración perceptivo-sensorial y - naturalmente - alucinaciones.
Cuanto más nerviosa e inestable sea la persona, o más larga la fase hipnagógica, tanto más fácil será que se produzcan este tipo de sugestiones. El misterio se encuentra sólo allí en donde todavía no hemos logrado llegar de la mano de la ciencia.