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Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid

Domingo, 22 de diciembre de 2024

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¿Cuántas palabras necesita Dios para decirte todo lo que hay?

Guzmanes, Oswaldo: político sudeuropeo, 2325-2395, conocido por haber formado el imperio pan-europeo-africano durante las guerras expansivas de 2367-69 y haber instaurado un régimen dictatorial en dicho imperio [...] Su discurso contra las riquezas individuales fue bien recibido por una población cada vez más hambrienta, consecuencia del avance de la desertización que se había extendido durante los últimos tres siglos, y que en el siglo XXIV se agravó especialmente [...] Durante el imperio se impusieron determinadas normas extravagantes, tales como la obligación de que todas las casas fueran idénticas, que solo hubiera cinco tipos de ropa y cuatro tipos de peinado, [...] Se dictó una ley mediante la cual solo se permitió reproducirse a todos aquellos cuyo genotipo se aproximase en un altísimo porcentaje a alguno de los cinco patrones de genotipo de distintas razas que impuso el gobierno [...] 

La producción en serie de productos de todo tipo, desde coches hasta cepillos de dientes, se caracterizó por la total falta de variedad de la oferta: había un solo tipo de coches sin extras seleccionables, un solo tipo de cepillo de dientes con un único color disponible (el naranja), [...] Una inmensa plantilla de reparadores urbanos se encargaba de que el mobiliario urbano de las ciudades estuviera siempre en perfecto estado, llegándose al punto de que, por ejemplo, ningún baldosín de una acera permanecía roto más de diez minutos [...] Particularmente polémica fue la decisión de cerrar todas las universidades y prohibir actividades tales como, por ejemplo, la cartografía o, simplemente, mirar por un microscopio [...] Es por ello que resulta realmente sorprendente que los mayores descubrimientos sobre el espacio exterior, aquellos que permitieron por primera vez la colonización de otros mundos del Sistema Solar, sucedieran precisamente durante la última década de su mandato [...] La salida de millones de personas hacia las nuevas colonias supuso una drástica disminución del hambre en todos los territorios del imperio, motivo por el que el controvertido gobierno de Guzmanes es habitualmente considerado como un éxito [...] Particularmente misterioso ha resultado siempre el posible papel que pudo haber jugado en las convicciones y decisiones de Guzmanes un inaccesible libro que llevaba siempre consigo, incluso en los actos públicos. Guzmanes se limitaba a comentar que aquel libro, al que solía referirse como "Libro de Agiagrap", contenía algunas afirmaciones de gran sabiduría que le guiaban en sus actos. No obstante, se llegó a especular que en realidad todo aquello podría ser una farsa para darse a sí mismo una imagen mística o trascendental [...] Es célebre la facilidad con que Guzmanes convertía a los líderes disidentes en leales colaboradores, lo que una y otra vez le sirvió para deslegitimar y descabezar las formas de oposición política clandestina que surgían regularmente. Guzmanes invitaba a sus más acérrimos detractores a su palacio, tras lo cual estos se convertían en sus fieles colaboradores. Se llegó a especular con la posibilidad de que Guzmanes contara con alguna máquina misteriosa para controlar la mente de otros, cosa que nunca pudo ser constatada [...]

 

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Primavera de 2367.

Pierre Ngonme recibió con mucho recelo la noticia de que sería excarcelado, se le retirarían los cargos de conspiración, y se le conduciría al palacio presidencial a petición del propio Guzmanes. Una decena de disidentes, personas comprometidas a las que el propio Ngonme había conocido en la clandestinidad, pasaron a ser ministros del dictatorial régimen de Guzmanes tras una visita al palacio presidencial. El miedo a ser sometido al controlador de mentes, o a ser eliminado y ser sustituido por un doble, o lo que fuera que hiciera Guzmanes con los disidentes en el palacio, comenzó a apoderarse de él.

Para su sorpresa, Guzmanes le recibió sonriente en la puerta del palacio y, como buen anfitrión, dedicó un rato a mostrarle las principales estancias y su historia. Luego, cuando llegaron a la biblioteca, la conversación se hizo más personal.

-¿Sabe, señor Ngonme? -dijo Guzmanes-. Sé que, a usted y a otros, mi forma de gobernar les puede resultar excéntrica, un cúmulo de desvaríos de alguien que, aburrido de su gran poder, ya no sabe cómo divertirse, así que se dedica a imponer medidas absurdas.

Ngonme se mantuvo serio y no respondió.

-Sin embargo -continuó Guzmanes-, no hay nada más lejos de la realidad. Todo tiene su razón de ser, aunque no siempre es bueno explicar las razones a todo el mundo. Déjeme hacerle una demostración que aclarará sus dudas. Haremos un pequeño experimento científico.

Ante la mirada inquieta de Ngonme, Guzmanes sacó de un cajón una esfera y la separó en dos semiesferas que resultaron estar huecas. También sacó unos pequeños pedazos de papel y una lupa.

-Esta esfera, llamada esfera Qur-Diaâg, está hecha de un material muy especial que permite que cierta ley de la naturaleza, que se aplica globalmente a todo el universo, se cumpla dentro de la esfera, localmente.

Guzmanes metió los papeles en la esfera, la cerró, y la agitó. Después abrió la esfera y le ofreció una mitad a Ngonme, que la cogió con cierto recelo.

-Como puede ver, en esta mitad han quedado dispersos algunos de los trozos de papel. Por favor, observe detenidamente algunos de ellos con esta lupa -dijo Guzmanes, ofreciéndole la lupa.

Ngonme, no entendiendo a dónde iba a parar todo aquello, accedió a observar algunos pedazos a través de la lupa durante algunos instantes.

-No veo nada relevante -dijo Ngonme al fin-. Los papeles están dispersos por todo el interior. Espere, creo que con la lupa puedo contarlos. Tres arriba, cinco abajo, siete a la izquierda, dos a la derecha. Eso es todo.

-Sí, efectivamente. Ahora observe los papeles en la otra semiesfera, por favor. No, no es necesario que use ahora la lupa, simplemente mírelos.

Ngonme observó que los papeles de la otra semiesfera estaban perfectamente alineados.

-Vaya, qué casualidad -dijo Ngonme algo sorprendido.

-Si no le importa, vamos a repetir el experimento...

Guzmanes revolvió los papeles dentro de la esfera con su mano, la cerró y la agitó repetidamente. Luego la abrió y le ofreció una semiesfera a Ngonme.

-Por favor, mire los papeles de esta semiesfera, esta vez sin utilizar la lupa.

-Vale, los papeles están desordenados de una manera que parece no ser idéntica a la anterior, lógico. ¿Y?

-Y ahora, por favor, mire en la otra semiesfera, también sin la lupa.

Ngonme observó la otra semiesfera.

-Aquí también los papeles están dispersos sin orden aparente, esta vez no están alineados.

Guzmanes sonrió.

-Aunque no lo crea -dijo-, el único motivo por el que los papeles de la segunda semiesfera no están alineados es que esta vez nadie ha observado con la lupa los papeles de la primera semiesfera que le he dado. Si eso hubiera ocurrido, entonces ahora los papeles de la segunda mitad estarían alineados, como antes.

Ngonme frunció el ceño.

-¿Cómo dice? ¿Qué tiene que ver mirar unos papeles con una lupa, con lo que le haya ocurrido antes a otros papeles diferentes?

-Si no me cree, repita el experimento usted mismo, por favor.

Ngonme se sentía extrañado por lo rara que resultaba aquella situación, en la que se encontraba hablando con su gran enemigo sobre papelitos y esferas. No obstante, también se sentía escéptico sobre la posibilidad de que una mirada a través de una lupa pudiera afectar la posición de unos papeles que estaban ubicados en otro sitio. Por eso, Ngonme accedió a repetir el experimento, no una sino varias veces.

Algunas veces Ngonme observó con la lupa los papeles de la primera semiesfera antes de mirar la otra semiesfera, y otras veces no utilizó la lupa. Invariablemente siempre ocurrió que, cuando Ngonme miraba con lupa en la primera semiesfera, luego resultaba que, en la segunda semiesfera, todos los papeles estaban alineados. En otro caso, no lo estaban.

-¿Es... es esto algún tipo de truco de magia? ¿Tiene esta lupa algún tipo de circuito electrónico que...?

-No, no, si quiere desmonte la lupa para comprobarlo. El motivo de todo esto es más filosófico de que lo que cree. Repita el experimento cuantas veces quiera.

Ngonme notó que la sorpresa que le estaba produciendo aquel experimento, truco, o lo que fuera, le estaba haciendo olvidar ante quién se encontraba. Repitió el experimento más de cincuenta veces, y todas ellas se cumplió el mismo extraño patrón.

-¿Cómo es esto... posible? ¿Qué tiene que ver observar unos papeles con... lo que le ocurra a otros papeles que todavía no he visto?

-Digamos que, gracias a la manera especial en que hemos fabricado esta esfera, hemos conseguido que el número de letras que usa Dios para describir su interior sea fijo.

Ngonme abrió mucho los ojos.

-¿Có... cómo? ¿De qué está hablando?

-Dado que dicho número de letras es fijo -continuó Guzmanes-, si uno de los lados del interior de la esfera es observado en detalle entonces dichos detalles se añaden a la descripción, y entonces quedan menos letras para describir el otro lado, lo que hace que ese lado deba ser... definible con menos letras. Y parece que, en el lenguaje divino, se requieren menos letras para expresar el concepto "alineados" que para expresar el concepto "dispuestos según el patrón aleatorio X".

-¿Qué está diciendo? -preguntó Ngonme, algo aturdido- ¿De qué lenguaje divino habla?

Guzmanes sacó un libro de su chaqueta. Ngonme observó que se trataba del famoso libro desconocido que Guzmanes siempre llevaba a todas partes. Guzmanes ofreció el libro a Ngonme.

-Conseguí este libro hace mucho tiempo, en circunstancias muy singulares. Por favor, léalo y comprenderá el experimento. Y, de paso, entenderá toda mi política.

Ngonme observó perplejo el libro que Guzmanes le ofrecía.

-Como puede ver -continuó Guzmanes-, es un libro corto. Pasaré a verle dentro de unas cuatro horas, será suficiente.

Guzmanes abandonó la sala y dejó a Ngonme solo.

Ngonme no pudo reprimir las ganas de repetir el experimento de la esfera unas cuantas veces más, ahora que el posible prestidigitador no estaba allí para engañarle.

Todas las veces ocurrió lo mismo.

Intrigado, por fin se decidió a leer el libro.

Unas horas más tarde, Guzmanes entró en la sala.

-¿Qué me dice? ¿Ha comprendido? ¿Entiende por qué las leyes del gobierno deben ser las que son?

-Sí, ahora comprendo -afirmó solemnemente Ngonme-. No hay otra forma de proporcionar un buen futuro a los habitantes de nuestro mundo.

-¿Y entiende por qué no puedo explicar mis motivos a todas las personas que lo habitan?

-Sí. Tendríamos a toda la población mundial mirando fijamente cualquier cosa en la que nadie se hubiera fijado antes, simplemente por ver qué pasa. Y eso sucedería a pesar de que comprenderían que no deben hacerlo. La curiosidad sería nuestra perdición. No, sería muy peligroso.

Guzmanes puso la mano en el hombro de Ngonme, que ese momento se sumergía en un torbellino de pensamientos fruto de los conocimientos adquiridos leyendo aquel libro. Por fin, el experimento de la esfera tenía sentido. Lo que decía aquel libro tenía que ser necesariamente cierto. ¡Era cierto! Y lo que había visto suceder localmente dentro de la esfera también ocurría globalmente, fuera de ella, en todas partes. La Humanidad solo podría progresar si podía controlar ese fenómeno en su favor.

-¿Desea un cargo en el gobierno? -preguntó Guzmanes a Ngonme.

-Creo que podría ayudar a mejorar el futuro de la gente respondiendo que sí.

 

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Fragmento del Libro de Agiagrap:

[...]

Y Agiagrap, el dios de dioses, el creador de creadores, se dirigió a sus siete hijos. Se acercó a Arfniüj, el primero de ellos, y le dijo:

-Arfniüj, hijo mío, tú crearás el primer universo. Crearás un vasto universo que será percibido por las criaturas que lo habiten como inconmensurablemente grande e infinitamente diverso, donde las leyes universales que impongas se cumplirán consistentemente. No obstante, en todo momento el estado de tu universo quedará escrito en un Libro que constará de 234714056983436732894 letras, ni una más ni una menos. En cada instante, el contenido del Libro cambiará para reflejar el nuevo estado del universo, pero el número total de letras escritas en el Libro seguirá siendo el mismo.

-¿Cómo, amado padre, podré crear un universo que sea percibido como inconmensurablemente grande con solo 234714056983436732894 letras?

-Tu universo estará poblado por cosas de diferentes tipos y a cada tipo de cosa darás un nombre. Por tanto, para escribir lo que es, solo tendrás que escribir el tipo de cada cosa que es y su lugar en el universo.

-¿Y cómo, amado padre, podré crear un universo que sea percibido como infinitamente diverso, si dos cosas del mismo tipo serán percibidas como necesariamente iguales?

-Cada cosa o criatura estará formada por varias partes y cada parte será de un tipo. La combinación de tipos de cada parte dará lugar a un gran número de combinaciones posibles y las repeticiones serán infrecuentes.

-¿Y qué sucederá, amado padre, si las criaturas examinan las cosas o las demás criaturas en mucho detalle, hasta el punto de poder percibir que en realidad son iguales entre sí y la diversidad es ficticia?

-Entonces crearás nuevos tipos para las cosas, o las cosas estarán formadas por más partes. En ambos casos, para distinguir los nuevos tipos y partes de los ya existentes, estos deberán recibir nombres nuevos. Si todos los nombres con pocas letras estuvieran ya utilizados, los nuevos nombres deberán tener más letras que los anteriores.

-¿Y cómo, amado padre, podré usar más letras para describir algunas cosas, si el número de letras del Libro deberá ser fijo?

-Si tuvieras que utilizar más letras por alguno de los motivos expuestos, reducirás las letras usadas en la descripción de otras cosas, bien reduciendo su número de partes o bien reduciendo su número de tipos. No obstante, solo podrás hacerlo si las criaturas inteligentes que pueblan el universo, aquellas que por su intelecto pueden descubrir y comprender las leyes universales, no pudieran observar inconsistencias por la nueva falta de diversidad.

Y así lo hizo Arfniüj.

[...]

Finalmente, Agiagrap se dirigió a Qur-Diaâg, su último hijo, y le dijo:

-Y tú, Qur-Diaâg, amado hijo menor, crearás los universos más pequeños, los cuales respetarán las mismas leyes que los universos mayores creados por tus hermanos, y lo harás de la siguiente manera.

[...]

 

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Julio Spina, peso 78 kg, estatura [...] con forma de maxilar tipo 5453, con forma de ojos tipo 4395, forma de párpados tipo 5443, color de ojos tipo 8934, [...] conjunto de cicatrices conforme al patrón 6535, distribución falsamente aleatoria de imperfecciones faciales de tipo 9876, [...] con la siguiente lista de recuerdos: estando en un parque de tipo 3556, haberse caído de un triciclo de tipo 1524 con la edad de 2 años; soplar las velas de una tarta de cumpleaños en [...]

realiza la acción de:

fijarse en la parte superior izquierda de la foto número 3245 almacenada en su ordenador, en la que puede verse a su hija a la edad de dos años en una pose de tipo 4324, mostrando una sonrisa de tipo 2312, llevando puesta la siguiente ropa, [...] donde la parte superior izquierda de la fotografía está definida como:

combinación irrelevante de colores rosados

Dado que el individuo observa la parte superior izquierda de dicha fotografía, se redefine dicha parte para aumentar su nivel de detalle, pasando a ser:

combinación de colores blanco y rojo según el patrón 7543, con factor de deformación 4324, falsa aleatorización del patrón 1948 [...]

Por la utilización de 432 letras más en la descripción de la parte superior izquierda de la

fotografía, se procede a la eliminación de 432 letras en otros lugares del Libro, de la siguiente manera:

[...]

 

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El día que los primeros humanos cruzaron el estrecho de Bering y hubo que describir América en el Libro por primera vez, la necesidad de liberar tantas letras hizo que el número de especies de flores presentes en Marte comenzara a reducirse drásticamente y que los lagos desaparecieran de la Luna.

El día que en la Tierra se inventó la primera lente de aumento y los humanos comenzaron a observar las cosas pequeñas, los ríos comenzaron a desaparecer de la superficie de Venus y la fauna comenzó a extinguirse en todos los satélites de Júpiter.

Muy poco después de la invención de los primeros ordenadores, la descripción de Marte pasó a ser simplemente: "distribución de cordilleras según el patrón pseudo-aleatorio de

distribución número 8213. Temperaturas extremas. Inhabitable".

El día en que las aceras de todas las ciudades de Europa y África se hicieron completamente idénticas, allá por el siglo XXIV, y por tanto hicieron falta muchas menos letras para describirlas en el Libro, las flores volvieron a brotar en Marte.

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