Es el año 2080, y el mundo está abarrotado. La sobrepoblación lleva décadas siendo una amenaza, y los gobiernos han impuesto una "solución": solo pueden quedarse los que demuestran ser realmente útiles, los que tienen una inteligencia excepcional. Ser "normal" ya no es suficiente.
Cada año, las ciudades organizan un "Reajuste". Es como un día de limpieza en el que se evalúa a cada persona. Si alguien no supera la prueba... desaparece. Nadie lo cuestiona; es el precio de seguir adelante en un mundo en el que ya no cabe más gente. Para quedarse, hay que valerlo.
Las calles están llenas de jóvenes que estudian sin descanso, que se esfuerzan por demostrar que son necesarios. La mediocridad es peligrosa. Las familias intentan proteger a los que no encajan, los esconden, pero saben que es inútil. El sistema lo ve todo.
La empatía ya no tiene espacio. Todos caminan mirando al frente, fingiendo que esos huecos en las calles no existen. Nadie habla de los que faltan, nadie se atreve a preguntar. Preguntar también es arriesgarse.
El mundo se ha vuelto oscuro, donde ser simplemente humano, con fallos y dudas, es algo que ya no tiene sitio. Aquí, ser uno más puede costarte la vida.