Era el cuarto mes de su vida perfecta. Estaba alimentado, tibio, seguro.
Podía holgazanear, experimentar música, sonidos y estados emocionales.
Entonces descubrió que estaba a punto de nacer y lo empujó fuera.
Consternado, comenzó a preguntarse, ¿hay vida después del nacimiento?
¿O es el final?
Fue reconfortante saber que cuando pase por el túnel se encontrará con mamá. El ser omnipotente que lo creó y estaba en todas partes.
Sintió que sin ella el mundo no existiría.
Entonces le asaltó la duda sobre mamá:
¿Por qué debería creer en algo que no ha visto?