-Por favor apresúrese, y sea breve -dijo el líder de los zopstlic- Explíquenos por qué no podemos invadir su planeta.
-No tengo idea, yo solamente iba a la ciudad a comprar unas zapatillas. Entonces se descompuso mi camioneta, debe ser el carburador. Y no pude arreglarla porque me subieron aquí.
-Le repito, apúrese, y mantenga el tópico de la conversación. Usted ha sido elegido representante de la raza que controla su planeta.
-Yo no soy representante de nada, soy jubilado. Un jardinero jubilado.
-¿Se rehúsa a respondernos oficialmente?
-Como le decía, yo no tengo nada que ver con el gobierno ni nada, yo sólo salí a comprar zapatillas. No tengo ni idea de lo que quieren. Suéltenme por favor, que mi esposa está enferma. Y seguro que no va a creerme que he estado en un plato volador...
-No podemos liberarlo hasta que no hayamos negociado los términos de la rendición.
-Yo no estoy capacitado para negociar nada. Mire las zapatillas que tengo. La suela se ha despegado, y entra agua cuando le doy de comer a las gallinas. Si no fuera por las gallinas y la huerta...
-¿Qué insinúa?
-Nada, yo comentaba... que eso nos ayuda porque la pensión es escasa.
-¿Va a dejar de evadir el tema? ¿Va a contestarnos seriamente?
-No sé qué puedo contestarle yo.
(largo silencio)
-¿Y?
-No sé qué decirle, se lo juro.
Otro zopstlic, con unas antenas diferentes, entró, y dijo:
-Venga, devolvámoslo y vámonos. Si todos son así, no vale la pena invadir este cascote.
