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Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid

Sábado, 21 de diciembre de 2024

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Ejemplos de superación

Desde hace once años, cada 3 de diciembre la Universidad Complutense celebra el Día Internacional de las Personas con Discapacidad. Fue en aquel año 2003 cuando la celebración coincidió con la puesta en marcha de la Oficina de Integración a las Personas con Discapacidad de la UCM (OIPD), una Oficina, en palabras del rector Carrillo, "irrenunciable" para nuestra Universidad, ya que es básica para garantizar la igualdad de oportunidades en nuestra Universidad.
En esta ocasión, para conmemorar el 3 de diciembre se han celebrado diferentes actividades, conferencias y coloquios en las Facultades de Trabajo Social y Educación, así como un acto en el Edificio de Estudiantes, organizado por la propia OIPD y el Vicerrectorado de Estudiantes, al que está adscrita.
Tanto en este acto como en las jornadas de los Centros han sido las propias personas con discapacidad las que a través de sus vivencias y ejemplos de superación han adquirido todo el protagonismo.
Marta Arce, triple medallista paralímpica en judo, fue la encargada de pronunciar la conferencia que puso el colofón al acto celebrado en el Edificio de Estudiantes. La deportista, retirada tras alcanzar la medalla de bronce en los Juegos de Londres, presentó el proyecto "No te rindas nunca" para personas con discapacidad menores de 30 años, que desarrolla la Fundación ONCE, a través de su consultora de recursos humanos FSC Inserta.
Según explicó Arce, quien sufre albinismo ocular de nacimiento, este programa trata de conseguir que la discapacidad se convierta en un valor añadido a la hora de encontrar un empleo. Y es que, como ella afirma, precisamente la superación y el trabajo que caracteriza a las personas con discapacidad, son dos de las características que toda empresa pide a sus trabajadores. El programa "No te rindas nunca" trata de brindar a quienes forman parte de él una formación que les permita, en palabras de Marta Arce, "competir al máximo nivel en el mercado laboral". Uno de los pilares del programa son las prácticas en empresas, que no sólo sirven para que las personas con discapacidad se integren en una empresa, sino que "sobre todo -afirmó la ex judoka- para que las empresas se quiten los prejuicios y vean que una persona con discapacidad es una persona normal".
En las jornadas organizadas por el Servicio de Orientación Universitaria (SOU) de la Facultad de Educación también fueron las propias personas con discapacidad las que tomaron la palabra. En este caso fueron estudiantes, en su mayoría del propio centro, los que relataron la manera en que han afrontado los obstáculos que han debido superar cada día. La mayoría de ellos coincidieron en destacar la ayuda que les ha prestado en su camino por la Universidad la OIPD o el propio SOU de la Facultad de Educación. Así, personas como Enrique, quien padece el Síndrome de West, actualmente puede estar preparando su trabajo fin de máster tras alcanzar su título de graduado en Pedagogía, o Raquel, quien sufre una severa enfermedad cerebral, han podido titularse en Trabajo Social.
Precisamente es el de Raquel uno de los casos quizá más llamativos que ha tratado la OIPD en sus once años de existencia. Raquel tiene problemas para hablar, escribir o moverse. Recuerda que el mismo hecho de llegar cada día a la Facultad supuso en sus primeros meses de carrera un obstáculo que casi le hizo abandonar sus sueño de formarse como trabajora social. Fue el servicio de acompañamiento que le brindó la OIPD lo que le hizo confiar en sus posiblidades y años después conseguir graduarse y estar en la actualidad cursando el Máster en Metodología de la Investigación en Ciencias Sociales. "Sólo puedo decir que ha valido la pena todo el esfuerzo que he hecho para llegar hasta aquí. No sé si llegaré a trabajar en lo que quiero, pero sí que mientras mi cuerpo me lo permita no pararé en intentarlo", concluyó Raquel su intervención.
La historia de superación de Raquel quizá es, como decíamos, de las que más llaman la atención, pero hay otra serie de discapacidades menos evidentes que también precisan de ciertas atenciones para garantizar la igualdad de oportunidades de todos los estudiantes. Inés, alumna de segundo curso del grado en Educación Infantil, padece el denominado Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad. Desde pequeña, como ella misma relató en el coloquio celebrado en la Facultad de Educación, se ha notado "diferente". Al no ser este trastorno evidente a simple vista durante su periplo académico ya desde el colegio "he encontrado desde profesores que no me entendían hasta otros que se han interesado por lo que me pasa y me han ayudado a tirar hacia delante". Por este motivo, Inés considera que el profesorado universitario debe tener cierto conocimiento de cómo afrontar trastornos como el suyo u otros parecidos como el autismo o la dislexia. "No se trata de que nos traten como inútiles, ni exigirnos menos que a los demás, pero sí de saber cómo tratarnos", concluyó Inés.

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