Vergüenza, bochorno, esperanza, alegría, compromiso... Las interpretaciones, los sentimientos, se agolpan cuando se observan en profundidad las fotografías. Una misma imagen puede decir muchas cosas, puede provocar diferentes conversaciones o incluso generar distintos estados de ánimo. David Álvarez, profesor de la Facultad de Ciencias de la Información y secretario académico del Instituto Universitario de Desarrollo y Cooperación (IUDC) de la UCM, prefiere ser siempre positivo. A veces, no obstante, le cuesta serlo. Con David visitamos la exposición "Muestra tu cara contra la desigualdad", que hasta el 29 de abril se puede visitar en el Edificio de Estudiantes de la Complutense. En ella se recogen las fotografías ganadoras y seleccionadas en el concurso que el IUDC convocó el pasado año para conmemorar el trigésimo aniversario de la puesta en marcha del Máster Universitario de Cooperación.
La exposición no deja indiferente. A pesar de su reducido formato ninguna fotografía pasa desapercibida. La mayoría nos sitúan en el África Subhariana o en países de América Latina. "Son quizá los lugares donde más clara se ve la pobreza y la desigualdad, pero lo cierto -reflexiona David Álvarez- es que no hace falta viajar para hablar de desigualdad, desafección, rechazo...". David sabe de lo que habla. Lleva ya más de dos décadas predicando con el ejemplo. Ha sido voluntario y también gestor. Pasó por la ONG Solidarios, nacida a comienzos de los 90 en Ciencias de la Información, hasta dirigirla durante un tiempo y ahora está volcado en las actividades del IUDC.
Con David nos paramos ante la fotografía ganadora en la categoría de cámara. El concurso se dividió en imágenes captadas con cámara tradicional y las realizadas con teléfono móvil, que cada vez son más, lo que como el propio David señala tiene su parte buena pero también otra menos positiva. Ese no es el debate. La imagen de Adriana Gómez nos sitúa en un puerto de marineros en el África Subhariana. Por la cantidad de veces que se ve su bandera, posiblemente en Cabo Verde. "Muestra la vida cotidiana. Habla de un sitio pobre, pero también lanza mensajes positivos, como el de una población comprometida con su desarrollo local, lo que se traduce en rostros llenos de orgullo", reflexiona David sin dejar de observar la imagen. Son muchos los puntos que centran la atención de quien observa la fotografía. La conversación puede girar sobre el mal estado de las embarcaciones o sobre las leyendas que están pintadas en sus casos. "Hate is enermy", se lee en la barcaza que está en primer plano. Seguramente la escritura contiene una errata, aunque su porqué también pudiera ser otro. También llama la atención una banderola con la imagen del Che entre las de distintos países o reclamos publicitarios. El Che es hoy un icono globalizado.
Junto a la imagen ganadora en la categoría de cámara, está la de la categoría de móvil. Ahora estamos en América Latina. "Sin duda, en Guate", afirma David, quien nos cuenta que Guatemala fue el primer país que visitó como cooperante cuando tenía 22 años. La foto de Elizabeth Rojas muestra un cortejo fúnebre. "Allí la muerte es una parte más de la vida. Es ágape, es celebración. Por eso, en un lugar que denota pobreza como el que se ve en la foto se observa un grupo de mujeres vestida con su mejor ropa, llena de colores. En Guatemala -continúa David- hay muchísimas cooperativas textiles de comercio justo, con muchas mujeres implicadas". Sin embargo, Guate, sigue siendo un país inmensamente pobre. Que su nuevo presidente sea un clown, un payaso, quizá sea, según valora David, una paradoja de la falta de seriedad con la que se aborda la tragedia de la desigualdad. La fotografía deja muchas pistas de esa pobreza extrema, pero como siempre también muestra ese sentir optimista del ser humano. "Allí, como en muchos otros países de la zona, es común ver sobresalir forjados de los tejados. La gente tiene la esperanza de que le va a ir bien y que pronto podrá construir una segunda planta para ampliar su vivienda".
Según recorre la exposición David habla de muchos temas. Un "FCB" pintado en una de las barcas de la fotografía ganadora, seguramente por un fincha del Fútbol Club Barcelona, da pie para hablar del papel del deporte como evasión globalizada de nuestros días y de cómo recientemente Amnistía Internacional ha creado un área de deporte y derechos humanos. Es importante salvaguardar a las personas del tremendo negocio que supone el deporte como espectáculo de masas, pero también emociona ver a niños olvidar todo por un rato mientras juegan al fútbol entre los escombros de un campo de refugiados de Palestina. Esa foto, firmada por Rafael Eguiguren, es una de las seleccionadas entre el más de medio centenar presentadas para formar parte de la exposición.
Las dos imágenes finalistas en la categoría de cámara también nos llevan a esos dos grandes focos de la pobreza en el planeta. La de Rocío Fairén muestra a una mujer en un suburbio de una gran ciudad africana lavando ropa en un hilo de agua que se adivina en medio de una escombrera. De su espalda cuelga su hijo. El título de la imagen es "rutina", y sí, es cierto, muchos se han, nos hemos, acostumbrado a ver este tipo de imágenes sin sobrecogernos. La segunda finalista, Elena Sáinz, se sitúa en alguna localidad de América Latina, quizá Ecuador. Unas niñas juegan como tantos millones en el planeta al popular juego de la taba. Se la ve pintado los rectángulos sobre el asfalto sin soltar de su mano su botella de refresco. Posiblemente para ella, esa botella es su tesoro.
Son muchas más las imágenes que despiertan el interés de David, y también según señaló en el acto inaugural de la exposición, celebrado el 7 de abril, el vicerrector de Estudiantes, Julio Contreras, "el de muchos alumnos y alumnas que se paran a mirar estas fotografías cuando vienen al Vicerrectorado para resolver alguna gestión". Para Contreras cuando decimos que los jóvenes no se interesan por casi nada, no es cierto. "Quizá hay que buscar los lenguajes apropiados para llegar a ellos. Esta -continuó el vicerrector- es una generación muy visual, quizá por ello las fotografías son un medio idóneo no sólo para sensibilizar, sino también para animar a la acción".
El director del IUDC, José Ángel Sotillo, explica que junto a la exposición desde el Instituto han querido aprovechar para organizar una serie de actividades relacionadas "con cuestiones que afectan a la cooperación internacional. En realidad es poner palabras a todas esas realidades que muestran las fotografías". Los cuatro jueves del mes de abril, a las 18 horas, en el salón de actos del Edificio de Estudiantes, se están celebrando conferencias sobre temas como la Agenda 2030 de cooperación, el comercio justo, la ayuda humanitaria o la evasión fiscal.
El propio Sotillo fue el encargado el día 7 de impartir la primera de estas sesiones. El tema escogido fue la Agenda 2030, es decir las decisiones que a finales del mes de septiembre del pasado año adoptaron los jefes de gobierno en París en materia de desarrollo sostenible. Con muchos matices, Sotillo considera que esta Agenda es un paso adelante. Destaca sobre todo el hecho de que no sólo hablen de cifras económicas sino que vincule los objetivos a derechos humanos, a paz, a dignidad humana... También subraya que es un compromiso que busca la participación de todos, desde los Estados a los distintos gobiernos locales hasta, por ejemplo, las universidades. También de cada uno de nosotros, de todos los que nos podemos acercar a ver, hablar, pensar o emocionarnos con fotografías como la que muestra el ojo aumentado a través de una lupa de Atibu, un niño africano albino que pese a "la maldición" que según mucho ritos tribales cae sobre él, quiere abrirse camino, aprender, progresar. Esta fotografía de Clara Melis es ejemplo de la "fuerza expresiva brutal que puede ofrecer una fotografía", concluye David Álvarez, como siempre con una sonrisa positiva.
