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Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid

Domingo, 22 de diciembre de 2024

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La Orquesta Sinfónica se gradúa

Jueves 21 de julio. Para Patricio Almirón hoy no es un día cualquiera. Por la mañana ha recordado con cierta nostalgia cómo hace ahora ya casi cuatro años pasó algo que le permitió respirar con alivio. Poco antes había tenido que elegir y había ganado la cabeza al corazón, las matemáticas al violín. Tras mucho dudarlo, Patricio se había matriculado en el grado de Matemáticas en la UCM. Su otra opción era iniciar los estudios superiores en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid. Desde los 9 años tocaba el violín y no quería dejar de hacerlo. Entonces poco después de cursar la matrícula conoció que se estaba fundando la Orquesta Sinfónica de la UCM. No lo dudó. "Me presenté a las pruebas y me dije: «Ahora sí que es perfecto. Puedo estudiar la carrera y entrar en una orquesta para seguir tocando y mantener el nivel". De aquello, como decimos, han pasado casi cuatro años. Hoy Patricio está en San Lorenzo de El Escorial como miembro de la Orquesta de la UCM que va a ofrecer el concierto de clausura de la XXIX edición de los Cursos de Verano de la Universidad Complutense. Hoy será el último de las más de dos decenas de conciertos en los que ha participado en estos últimos cuatro años.

 

Un director comprometido

Como Patricio, son varios los músicos que este curso dejan la Orquesta Sinfónica de la UCM. Son los que entraron en ella a la vez que en la Universidad y ahora acaban sus estudios de grado. Patricio en septiembre partirá -de nuevo ha ganado la cabeza en su decisión- hacia Barcelona donde cursará un Máster en Matemática Avanzada. "¿El violín? No sé qué pasará. Intentaré seguir de alguna manera, pero no sé ahora mismo cómo", cuenta Patricio a la conclusión del ensayo general del concierto, poco antes del mediodía. Cerca de él está José Sanchís, su director durante estos años. Sanchís (Picassent, 1976) también, según él mismo cuenta, le debe mucho a esta Orquesta. Hace cuatro años llegó a Madrid "sin nada bajo el brazo", tan sólo su amistad con Cristóbal Soler, entonces director musical del Teatro Lírico de La Zarzuela. Soler en esos momentos le pidió que le acompañara en su atrevida apuesta de crear la Orquesta Sinfónica de la Universidad Complutense. Aceptó sin pedir nada a cambio. A los pocos meses el propio Soler le encargó que se hiciera con la dirección de la misma. "Si algo no está basado en el dinero, cuando crece, sus raíces son mucho más profundas", confía Sanchís cuando se le pregunta por qué hoy cuando se le acumula en muchas ocasiones el trabajo, cuando en una misma semana tiene que viajar a Pamplona, Valencia, Salamanca o Valladolid para dirigir orquestas, nunca falla a su cita con la UCM. "Allí estoy, pase lo que pase, todos los lunes de 6 a 9 de la tarde en la Facultad de Medicina para ensayar".

 

Sanchís es un director muy didáctico, característica que muy probablemente ha aprendido de su mentor, Cristóbal Soler, todo un virtuoso de la pedagogía musical. Sanchís cuenta que en los pueblos de Valencia todos los niños o juegan al fútbol o tocan en la banda. Él optó por lo segundo, en concreto por la trompeta. Se formó en este instrumento, estudió Historia y Ciencias de la Música y partió hacia Gran Bretaña primero y Siena  después para formarse como director de orquesta. Su vida está dedicada hoy por hoy al cien por cien a abrirse camino en esta compleja profesión. "Creo que lo voy consiguiendo. En el mundo de la dirección de orquesta sigo siendo joven, por lo que aún tengo tiempo y camino por recorrer", concluye.

 

Enseñanzas para la música y la vida

Volviendo con Patricio, el día de la despedida es buen momento para hacer balance y, sobre todo, para dar las gracias. Agradece a la Orquesta lo mucho que le ha dado durante estos cuatro años. Se lo agradece a sus compañeros, a gente como Carmen Mendoza, quien hoy está con él en El Escorial, que lucha cada día por hacer realidad su sueño de ser músico profesional. La Orquesta de la UCM la integran casi mitad por mitad estudiantes de la UCM y jóvenes estudiantes de conservatorio. Ella cursa Estudio Superior de Violonchelo en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid. Como explica José Sanchís, ese doble perfil de sus integrantes da a la orquesta una peculiaridad "muy interesante", ya que por un lado le permite a él ser más pedagógico, lo que entre profesionales o semiprofesionales "casi está mal visto", y además hace que el nivel de la orquesta suba "porque unos tiran de los otros". Pero a quien Patricio sobre todo agradece lo aprendido es a su director. "Es muy buen director -explica sin tener a Sanchís delante-, nos enseña muchísimo. Y lo que aprendo aquí, además lo puedo aplicar en mis estudios y también en mi vida. Me ha enseñado a tener claro lo que quiero. A ponerle mucho esfuerzo, mucho trabajo. Y al final, cuando llegue el momento, a resolver lo que toque. Y siempre -concluye Patricio- disfrutando lo que estás haciendo". 

 

Durante estos casi cuatro años han pasado por la Orquesta entre 120 y 130 músicos. Unos se fueron "fichados" por orquestas profesionales; otros porque finalizaron sus estudios en la UCM, y algunos por superar los 28 años, edad límite para formar parte de ella. La mínima son los 18 años, cuando se llega a la Universidad. "Nosotros -explica José Sanchís- garantizamos a quien escogemos que va a formar parte de la orquesta durante un mínimo de tres años, y después si estamos de acuerdo pueden seguir renovando hasta los 28. Les ofrecemos estar en una orquesta que tiene estructura, organigrama, proyecto, regularidad y un director estable, lo que para el que conoce algo de este mundo sabe que siempre es muy enriquecedor para una orquesta".

 

Pruebas de selección

Este año, como cuenta Sanchís, la "fuga" de instrumentalistas va a ser grande, por lo que acertar con quienes entren será fundamental para el futuro de la Orquesta. Las pruebas de selección serán los días 16 y 17 de octubre, y el plazo para participar en ellas ya está abierto hasta el 5 de ese mismo mes. (Ver bases completas). "Pedimos un buen nivel mínimo, pero incluso quienes finalmente no entren porque su instrumento ya está ocupado o por lo que sea, a mí me gusta invitarles a ensayar con nosotros durante todo el año", explica el director.

 

Sanchís está orgulloso de cómo la Orquesta ha ido creciendo y consolidándose en estos casi cuatro años. Recuerda que empezaron siendo poco más de una veintena de músicos y desde hace ya varias temporadas superan el medio centenar. Considera que es una orquesta joven de "muy buen nivel" y cada vez mejor considerada en los circuitos musicales. Prueba de ello, es que ya desde hace un par de temporadas a los siete conciertos programados al inicio de la misma "hay que sumar alguno extra que nos piden". Sanchís también destaca el apoyo institucional que recibe la orquesta. El Vicerrectorado de Cultura, en sus diversas denominaciones, ha sido su gran valedor desde su creación en 2012. "Ahora, con María Nagore como vicerrectora, que es de la profesión musical, estamos recibiendo un nuevo empujón", señala el director. Desde hace un par de años el Banco Santander está patrocinando la orquesta y lo más posible es que a partir de este otoño su gestión económica se lleve desde la Fundación de la Universidad. "Todos son buenas noticias", recalca Sanchís.

 

"Espero volver"

La hora del concierto ha llegado. José Sanchís hoy no va a subir al escenario. Deja que sean los cuatro alumnos del Taller de dirección de Orquesta que ha impartido esta semana en los Cursos de Verano de la UCM, quienes dirijan a su orquesta. Patricio, junto a sus hoy 19 compañeros -es la versión de Cámara de la Orquesta Sinfónica la que ofrece el concierto- tienen ante sí el reto de sentirse cómodos y entender el sentir de cuatro batutas diferentes y, además, en periodo formación. Lo logran. Sanchís les agradece el esfuerzo y el público que llena el Coliseo Carlos III les dedica una gran ovación. Patricio se levanta, guarda con mimo su violín y abraza a sus compañeros. Se echa a un lado, pero entre todos consiguen que pose junto a ellos. Por supuesto, lo hace con su violín en las manos. "Espero volver algún día como músico invitado", se despide con una sonrisa entrecortada.

 

José Sanchís escucha a su orquesta. A su lado, el violinista Patricio AlmirónPatricio, a su llegada al Real Coliseo Carlos III de San Lorenzo de El Escorial, antes de comenzar su último concierto con la Orquesta de la UCMLa orquesta durante el concierto de clausura de los Cursos de VeranoLa orquesta posó con el rector y la vicerrectora María Nagore al término del conciertoLa orquesta de la UCM está integrada por chicas y chicos de entre 18 y 28 añosEstudiantes del conservatorio y de la Complutense comparten horas de ensayosLa orquesta ha participado en un curso de dirección de orquesta en El EscorialPatricio, en el centro agachado, posa con sus compañerosUn selfie antes de las vacaciones
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