En 1992 comenzaron las obras de mejora, reforma y rehabilitación de la Facultad de Físicas y la última de sus fases comenzó en 2011 con los trabajos en "el eje principal del centro", el aula magna Blas Cabrera. El 29 de noviembre de 2016, 24 años después de que dieran comienzo las obras, la decana de la Facultad, María Luisa Lucía Mulas, en compañía de sus cuatro predecesores en el cargo, ha inaugurado el renovada aula magna, "un lugar académico evocador, un recinto que atesora experiencias propias y colectivas, recuerdos que nos han acompañado a lo largo de nuestra vida". Para celebrar esta inauguración se contó con el físico Juan Ignacio Cirac, director de la División Teórica del Instituto Max-Planck de Óptica Cuántica, quien habló de la computación cuántica y sus aplicaciones.
Lucía Mulas dio las gracias a estudiantes, PAS y PDI por haber sido artífices de un crecimiento constante "de producción y calidad científica", a pesar de haber estado más de dos décadas de obras. En un aula magna abarrotada recordó que allí se ha "respetado la esencia, la sensibilidad y la elegancia del proyecto original".
Aparte del aula magna, la Facultad estrena la biblioteca de estudiantes, laboratorios, salas multiusos y otras aulas, entre ellas una en la que se mostrarán algunos de los "objetos preciosos de Físicas que forman parte del patrimonio histórico de la UCM", en un "espacio nuevo y magnífico bajo la bóveda de Eduardo Torroja". El rector Carlos Andradas visitó gran parte de estas instalaciones el mismo día de su inauguración por la tarde.
La decana de Físicas quiso destacar que por fin se retoman en el propio centro los actos académicos que se han trasladado desde 2011 a otras facultades del entorno, entre ellas las conferencias del ciclo Hablemos de Física, que ha ofrecido más de 65 charlas desde que se creó en 2005.
Computación cuántica
Para retomar ese ciclo pocas maneras mejor que traer a la Facultad a uno de sus licenciados y doctores más célebres, el físico Juan Ignacio Cirac, experto en computación cuántica.
Cirac, medalla de oro de la Universidad Complutense, mostró su orgullo de haber estudiado aquí, porque es a este centro al que le debe la formación que le aupado en su carrera. Antes de comenzar su conferencia recordó haber asistido a alguna conferencia y haber hecho algún examen en este aula magna.
Habló el físico del presente y futuro de los ordenadores cuánticos, que no existirán con todas sus características hasta, como poco, diez años en el futuro, y eso siendo muy optimistas. Recordó que ahora mismo ya se han conseguido realizar ordenadores cuánticos con 19 qubits, que es la unidad mínima de información cuántica.
Con esa cantidad de qubits todavía no se ha conseguido que los ordenadores cuánticos sean capaces de realizar operaciones matemáticas que no se puedan hacer con un ordenador convencional. Cirac calcula que para que eso ocurra no queda mucho tiempo, unos dos o tres años, cuando se alcancen los 50 qubits. Y será tan pronto porque hay muchas grandes empresas invirtiendo en esta tecnología y es más que probable que la Unión Europea dedique su próximo flagship, un proyecto de 1.000 millones de euros, a la computación cuántica.
Eso sí, esos problemas matemáticos que será capaces de realizar un ordenador cuántico de 50 qubits no serán de utilidad para un usuario normal de ordenadores, y se quedarán sólo en la Academia. Para conseguir que un ordenador cuántico sea realmente útil y tenga un sistema que corrija los errores, Cirac explica que hará falta que tenga unos 100 millones de qubits, y para eso queda bastante más tiempo.
Hoy en día la física cuántica ya se utiliza en instrumentos como los relojes atómicos, algunos sensores como acelerómetros (que funcionarían como GPS, pero sin necesidad de satélites) y para algunos sistemas de criptografía cuántica y de generación de números aleatorios. De todos modos, Cirac asegura que la criptografía cuántica actual sólo llega a una distancia de 10 kilómetros y que la generación de números aleatorios sólo la utilizan las casas de póker por Internet, que no tienen necesidad de ella, pero les viene muy bien como publicidad para atraer a nuevos clientes.
Para Cirac, lo más importante es que "todavía no se conocen las aplicaciones más interesantes que pueda llegar a tener la computación cuántica, por el hecho de ser una ciencia de frontera". Aprovechó para animar a todos los estudiantes interesados en la física cuántica a ser ellos los que descubran esas aplicaciones.