¿Qué es arte? ¿De cuántas maneras se puede disfrutar el arte? Visto lo visto, la respuesta más realista a estas preguntas es la misma: infinitas. Cada persona ve el arte donde quiere y lo disfruta como quiere. Ese quiere puede ser múltiple. Y ese múltiple, diverso. El seminario "Los cinco sentidos en las diversidad de las artes" como ya anunciaron sus organizadores hace una semana -recordemos que consta de cinco citas, una por sentido, en los martes que van desde el pasado 19 de septiembre al del 17 de octubre-, pretende este año dar un paso más en esa búsqueda que está haciendo de disfrutar del arte de otras maneras. El objetivo del consorcio Musacces, el organizador del evento, es mostrar la diversidad del arte y con sesiones como la que degustaron quienes acudieron este 26 de septiembre al salón de actos de la Facultad de Geografía e Historia, desde luego que lo consiguen.
El arte puede disfrutarse inventando historias a partir de la percepción de una obra, como contó que ella misma hace la actriz Irene Ruiz, reconocida por el gran público tras dar vida a María Pacheco en la serie "Carlos, Rey Emperador". Pero también, como mostraron el profesor de Relaciones Internacionales Javier Bernabé y el fundador de la Asociación Española de Esgrima Histórica, Alberto Bromprezzi, el arte también puede ser una excusa para hacer realidad las pasiones, aunque estas como es el caso de ellos les transporten a cómo se mataban en duelo antepasados nuestros poco dados al diálogo. "Nosotros, la verdad sea dicha, es que somos los macarras del arte", reconoció Bromprezzi, espada en mano.
De El Moisés a El Padrino
Irene Ruiz es licenciada en Historia del Arte y de ahí le viene su pasión por todo lo relacionado con la pintura, la escultura y, por supuesto, el cine. A Irene, según confesó, hay algo que le encanta, que "me excita": "Ver lo que me cuentan las obras". Lo suyo es una mezcla entre lo que aporta su imaginación y lo que el autor, personaje, actor, texto o actriz le hacen sentir. El Moisés de Miguel Ángel la transporta a las más significativas secuencias de El Padrino. Parte II. El cine en ese sentido viene a complementar al arte clásico y da vida a eso que Miguel Ángel le dijo a su Moisés cuando una vez esculpido le dio una patada en la rodilla y le pidió que le hablará porque era lo único que le faltaba para ser real. Ella, según cuenta, también pregunta a los protagonistas de sus obras preferidas qué hacen, de dónde vienen o quiénes son. Lo hace y ella misma se responde cuando ve Habitación de hotel, de Edward Hopper, pero sobre todo, y ahí entra su vena de actriz, cuando la obra la permite recrearse en las miradas. En las miradas está la vida entera, los miedos y los sueños, todo lo que fuimos, somos o seremos.Todo eso está en la mirada de El Moisés y también en la de Al Pacino. Ella, dice, intenta interpretar con sus miradas y también con su curiosidad. Esta última la llevo a buscar hasta lo más recóndito de María Pacheco, su personaje en la ficción de "Carlos, Rey Emperador". Entre miles y miles de páginas encontró una carta, posiblemente falsa, en la que su marido, el decapitado rebelde comunero Juan de Padilla la envío ya sabedor de su final. Ella y sus directores convirtieron aquella carta en realidad y la dieron vida a la vez que recreaban la escena del cuadro de Borrás y Mampó Doña María Pacheco de Padilla después de Villalar. Ese fue el final, que los asistentes pudieron contemplar, del episodio sexto de la serie.
De las guerras cuerpo a cuerpo a Miguel Bosé
La manera en que viven el arte Alberto Bromprezzi y el profesor Javier Bernabé, "los macarras del arte", es aún más complicado de explicar y quizá hasta de comprender. Lo suyo es la esgrima histórica, una disciplina o arte, así lo consideran ellos, que aúna indagaciones históricas, espíritu deportivo y dominio del propio cuerpo. La esgrima, contó Bromprezzi -quien antes de fundar la Asociación Española de Esgrima Histórica practicó la esgrima deportiva- fue en siglos anteriores una necesidad más que un vicio. Nació en las guerras y luego fue adoptada por la clase media, que necesitaba luchar o defenderse para sobrevivir. Los nobles le dieron otra categoría y la otorgaron respetabilidad y reglas. Lo que hoy conocemos nada con aquello tiene que ver y es por eso por lo que es necesario que personas como Bromprezzi o Bernabé indaguen en antiguos tratados en busca de su verdadera autenticidad. Con sus movimientos y formas de mover espadas, de una y dos manos, blancas y negras, dagas y tizonas, acercan a quien les ve a tiempos lejanos, aunque a Bromprezzi a veces se le escape un "soy como Miguel Bosé".
Lo dicho, el arte es diverso y la forma de disfrutarlo, pues también. La semana que viene, más. Toca el tacto. Se anuncia la presencia de un escultor y profesor de arquitectura, Miguel Sobrino, y una doctora en moda, Laura Luceño. Veremos que nos toca. Aquí, en este seminario, todo es posible.
Enlace al artículo sobre la presentación del seminario y el sentido del gusto